Este año los Oscar han podido celebrarse con normalidad, pero la edición del próximo año se verá afectada de forma indirecta por la crisis sanitaria. El Covid-19 obligó a detener la gran mayoría de los rodajes a lo largo de todo el mundo a mediados del pasado mes de marzo, por lo que la industria se ha visto más que resentida desde que comenzó el confinamiento mundial. El impacto de dos meses menos de trabajo lo sufrirá la gala de premios más importante del cine, que ha tenido que readaptar su reglamento por la inusual situación.
Uno de los requisitos principales que toda película debe cumplir para optar a los Oscar es haber estado en la cartelera de un cine del condado de Los Ángeles, al menos, durante siete días. Esta regla, poco conocida por el público general, impedía que las películas que solo se estrenaban en plataformas de vídeo bajo demanda pudieran optar a los premios. Algo que el año que viene sí será posible debido a la desaparición de forma temporal de este requisito.
Hasta ahora, películas como Historia de un matrimonio o El Irlandés, cuyo estreno internacional se hacía directamente mediante Netflix o la plataforma productoria, tenían que ser estrenadas en algún cine del condado de Los Ángeles de forma testimonial. Con la desaparición de este requisito, las plataformas como Netflix o Amazon no solo dejarán de preocuparse por esa cuestión logística, sino que además tendrán la oportunidad de presentar a los Oscar aquellas películas estrenadas durante la crisis de coronavirus mientras los cines han estado cerrados.
Sin embargo, la norma no se ha retirado, simplemente ha cambiado. En lugar de tener que estar en la cartelera de un cine de Los Ángeles, la nueva normativa obliga que la cinta haya sido concebida para pasar por cines, así como a que esté disponible en el streaming de la Academia de cine de Hollywood, llamada Screening Room, durante 60 días después de su estreno.