Y llegó Taylor Swift a Madrid y al Santiago Bernabéu. Era el concierto más esperado del año en la capital. Más de 72.000 ‘swifties’ vivieron dentro del estadio del Real Madrid el show preparado por la cantante norteamericana. Dentro… y fuera. La nueva disposición del enorme pabellón blanco como recinto de conciertos no ha gustado a muchos vecinos de la zona. El ruido desprendido ha sido motivo de denuncia de las personas que residen en el barrio de Bernabéu.
Las cámaras de ElDesmarque estuvieron presentes en los aledaños del Bernabéu antes y durante el concierto. Hemos podido hablar con algunos de los que se quejan de lo que está sucediendo en su zona. “El sonido llega a todos lados. Llevamos así dos semanas. Es sacrificado, pero sabemos que va a ser continuo. Varios conciertos seguidos es una locura”, nos ha explicado uno de los residentes desde su casa.
Por otro lado, hemos querido comprobar el nivel de ruido −en decibelios− que produce el Santiago Bernabéu un día de espectáculos. Con un medidor de ruido hemos comprobado las unidades que alcanzó la zona antes y durante el concierto de Taylor Swift.
En el vídeo que encabeza la noticia, el reportaje de ElDesmarque sobre el problema que denuncian los vecinos durante el concierto de Taylor Swift.
En el portal del Ayuntamiento de Madrid se estipulan los límites de niveles sonoros emitidos al medio ambiente exterior. La ley divide los límites según su tipo de área acústica. Hay cinco áreas estipuladas: las tipo I (e), las tipo II (a), las tipo III (d), las tipo IV (c), y las tipo V, (b). El Santiago Bernabéu pertenece a un área tipo IV “terciario recreativo y espectáculos”, tal y como se dicta en el portal.
Los límites de sonido se dividen a su vez en dos momentos de la jornada. Por un lado, el día y la tarde. Por otro, los de la noche, siendo estos siempre inferiores a los del resto del día. En el caso que estamos estudiando −área tipo IV− el límite de decibelios durante el día y la tarde es de 63 decibelios. Por la noche es de 53. La ley estipula además que los límites se considerarán cumplidos cuando “no excedan en ningún caso en 5 dBA (decibelios por frecuencias ajustadas a la capacidad del oído humano)”. Por lo tanto, la ley da 5 decibelios de cortesía a los límites sonoros.
El equipo de ElDesmarque midió el ruido en diferentes zonas de los alrededores del estadio. Antes de que comience el concierto, el alboroto habitual de la ciudad sumado a la cantidad de personas concentradas en los aledaños rondaba los 68 decibelios. Es decir que, aunque al límite, el ruido de la zona entraba dentro de los parámetros legales. Sin embargo, cuando comienza el concierto, observamos que el medidor alcanzó los 78,5 decibelios en la puerta B −Paseo de la Castellana con Avenida de Concha Espina. Esto significa que el ruido se llegó a superar en 10 decibelios a los límites legales.
Dos denunciantes de esta situación atendieron a nuestras cámaras. Nos invitaron a medir el ruido que se vive dentro de sus casas durante un concierto de este estilo. Con las ventanas abiertas, el ruido rondó los 68 decibelios. Con las ventanas cerradas, los 50. Además, subimos a la azotea del edificio para comprobar cuánto podía alcanzar nuestro medidor desde las alturas. La contaminación acústica alcanzó los 77 decibelios.
“Un ruido de este tipo no se puede permitir”, nos explica una de las vecinas afectadas. “Afecta a infartos, crisis de ansiedad, insomnio… es un problema de salud pública. El estadio tiene autorización y licencia para el fútbol, pero no para conciertos. La licencia para conciertos se concede de forma extraordinaria”, explica. “Llegas para descansar a tu casa y tienes un soniquete durante tres o cuatro horas que te lo impide”, denuncia otro vecino.