La calma en The Walking Dead lleva por apellido la muerte, una constante que machaca a los supervivientes tras una vuelta tan impactante como fue el 5x09, capítulo imprescindible para entender la evolución de la serie y capturar la silenciosa marcha hasta Washington sin Beth ni Tyreese.
El que no siempre se trate de matar zombies ya era una constante, pero que no haya punto de conexión con más humanos permite crear un episodio para reestructurar física y emocionalmente a los personajes. "Ellos" muestra cómo volver, una vez más, a seguir adelante ante el dolor, a reencontrarse con el yo mismo que debe dejar atrás la muerte para crearla.
Sasha, Maggie y Daryl. La historia avanza con ellos, acompañando su dolor con tres perspectivas distantes: la impotencia y el descontrol de Sasha, la desazón de Maggie y doble cara de Daryl ante los suyos, firme, pero buscando la soledad para poder llorar tranquilo y dejar volar esas cenizas que habían empezado a crecer en él (la metáfora con el cigarro la guardamos bajo llave).
Ante eso, zarpazos constantes de los guionistas que destrozan emocionalmente a los propios personajes que llevan la conversacion. Ya sabemos que The Walking Dead es una lucha eterna por la supervivencia, pero como Maggie le deja entrever a Sasha, a veces cuesta seguir:
-¿Cuánto nos queda para llegar?
-60 millas
-No me refería a eso
Maggie, que si tuviera capas de dolor sólo debería quedarle la de Glenn, sigue caminando sin siquiera saber si quiere hacerlo, enfrentada a una Sasha que tiene en la rabia su enfrentación a la pérdida.
La sed, el hambre y la desidia hace que el episodio sea un punto de partida para un (parece) largo camino hacia Washington, desesperación que Sasha refleja al matar unos perros salvajes que aparecen con talante ofensivo. El disparo aquí no desencadena más que matar el hambre para sobrevivir e intentar romper con un pasado que siempre estará presente.
Y por un segundo, esperanza. La lluvia que Rick auguró al inicio del episodio es un malévolo juego de los guionistas, un desalentador empuje que durante unos instantes convierte convierte la decadencia en sonrisa, en fe. Nada, quince segundos a lo sumo. La lluvia sigue en una tormenta de la que deben huir, un mazazo que les devuelve a la realidad para esconder la esperanza en un cajón cuya llave parece que siempre guarda Rick.
La cabaña que Daryl encuentra resguarda al grupo de la inseguridad por una noche en la que Rick vuelve a repetir el mismo discurso que durante cinco tmporadas no hemos dejado de escuchar. "Estaremos bien, este es el mundo que tenemos, vamos a seguir adelante, podemos vivir, porque así es como sobrevivimos, nos decimos a nosotros mismos the walking dead".
Daryl reniega silenciosamente de su líder para acaparar el episodio junto a Sasha y Maggie, en un final con una sorpresa que en forma de guiño (creemos) ya dejó el "From a Friend".
Las dos chicas salen en busca de un hermoso amanecer para romper juntas con un el pasado en una conversación que parece las hará más oscuras en esta quinta temporada. Pero ya era extraño que un capítulo completo nos ofreciera exclusivamente reflexiones y desarrollo de personajes, tenía que aparecer Aaron, un nuevo superviviente que parece conocer a Rick y que quiere unirse al grupo, otro punto para romper la armonía que por instantes parecían tener Sasha y Maggie.
Y claro, como la acción había desaparecido en este décimo episodio, el avance del 5x11 sólo nos ofrece conflictos, muertes, fuego, zombies destrucción y lo extraño de un nuevo personaje que parece conocer bastante bien al grupo.