¿Qué puntos nos pide unir el título del episodio para hablar de distancia ante una nueva ilusión llamada Alexandría? La respuesta es una invitación del capítulo a interactuar con sus personajes. The Walking Dead vuelve pisando fuerte con el primer episodio desde la vuelta en el que se dividen las tramas para avanzar desde la acción y el drama a un nuevo rumbo, Alexandría. La aparición de Aaron en el desenlace del 5x10 dejaba una puerta abierta al grupo que la desconfianza no ha sabido frenar, el hambre. La ilusión por encontrar seguridad en las palabras del desconocido personaje guia a Michonne a ser referente ante un Rick desconfiado y eso marca las pautas de un guión muy bien estructurado.
'La distancia' es una excusa con rockandroll: zombis, sangre a borbotones, bengalas explotando en las caras de muertos vivientes y un único trasfondo, llegar al nuevo refugio augurado por Aaron, Alexandría. Con el temor por encontrar un nuevo Terminus el temido viaje llega acompañado de dudas, sangre, desconfianza y un suave pulso entre Michonne y Rick por recuperar la fe perdida y liderar a los suyos. Es asombrosa la evolución de Michonne, con más mérito aún por el paso del tiempo, que la ha convertido en una evolución simple de la matazombis para llegar a ser una voz sensata con capacidad para guiar a los que ya considera suyos.
Los rastros de civilización humana son el eje de este episodio, no hay distancia para llegar a Alexandría, el episodio es precisamente una pequeña carrera de Rick contra Aaron para averiguar hasta qué punto se puede volver a confiar. La fuente de tensión va más allá de la espectacularidad del Cadillac y las decenas de muertes en la escena de la conducción, los zombis son un punto de ficción que se separa de un nuevo Rick que cada vez es más oscuro e indeciso en sus decisiones. Ante Aaron, ante Michonne, ante sus compañeros, ante su hija, todos son puntos de seguridad repletos de tensión en el que se sigue formando el monstruo en el que parece ir convirtiéndose el policía.
El toque de humor de Aaron, necesario, reposa el episodio. El guionista Seth Hoffman aporta un mérito indiscutible a la cohesión del grupo desde los puñetazos de Rick a las conversaciones de Rosita con Abraham. Todos los personajes están conectados y ninguno queda de lado en el episodio. Desde Noah a Carol, todos tienen un instante, una mirada, una conversación que les hace avanzar en la trama. Sinceramente esta temporada me está demostrando que la calidad de la serie se está estabilizando acorde con lo esperado y el guión es una de las mejores bazas de esta segunda parte de la 5ª.
La mirada de Michonne rompe todos los esquemas desde que conocemos a la portadora de la katana. Por un instante volvemos al flash-back la intuimos feliz con su familia, en paz. Un mensaje ilusionante desde los propios personajes que en este episodio vuelven a creer en poder llamar a algo hogar. Michonne representa el liderazgo asentado entre la ¿sensatez?, la hambruna y un extraño aspecto familiar que se rescata de los últimos segundos junto a Rick y Judith en el coche. Un nuevo comienzo en el que no está Carl, que de manera estratégica desaparece del episodio para tomar protagonismo en el próximo. Parece que en el 5x12 conoceremos un poco más de él dentro de Alexandría.