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[Review] Better Call Saul 1x05: 'Alpine Shepherd Boy'

Nos encontramos ya en quinto episodio de la primera temporada de Better Call Saul. El cuarto capítulo, Hero nos ofreció una gran secuencia por parte de James McGill, en línea con todos los anteriores capítulos. Sin embargo, en este quinto episodio estamos ante un capítulo bastante más pausado, y ciertamente, menos entretenido. Sin embargo, en este quinto episodio estamos ante un capítulo bastante más pausado, y ciertamente, menos entretenido.

Comienza exactamente donde lo dejamos, con Chuck McGill en su casa afectado tras salir a la calle a robar el periódico de su vecina, y por tanto recibir un sinfín de radiaciones electromagnéticas. Resulta que la simpática vecina llamó a la policía, una policía que fuerza la entrada en la casa de Chuck al no abrirles éste la puerta. Un tanto exagerada la situación.

Descubrimos que las ansiadas llamadas que recibió James en el último episodio apenas le sirven para remontar un poco el negocio. Se encuentra con una variedad de clientes excéntricos que poco dinero le reportan: desde un millonario ansioso por separar sus tierras de los EEUU, a un padre que ha inventado un inodoro que te “premia” con frases (bastante sexualizadas) cada vez que cae algo. Será una adorable anciana la que le dará ciertos honorarios por su trabajo, ante lo cual Kim le plantea a James la posibilidad de seguir trabajando como abogado de ancianos.

Una vez en el hospital, avisado por Kim de que Chuck está allí, la doctora demuestra a James que la afección de Chuck es psicológica y no física. También en este hospital, James se enfrentará de nuevo a Howard Hamlin. Se nos deja entrever un posible motivo de este problema psicológico de Chuck, según el propio Jimmy, “cada vez que él hace algo se pone malo”. A pesar de que Jimmy le promete que la treta del anuncio copiando a Hamlin ha sido cosa de una sola vez, en la siguiente secuencia podemos verle copiando la imagen de otro hombre de prestigio.

Quizás el momento más gracioso del episodio viene a continuación, donde vemos que James se anuncia en el fondo de los vasos de gelatina que ponen a ancianos en un asilo.

En este episodio no se nos cuenta nada nuevo. Ya sabemos que James es un pobre desgraciado en su negocio como abogado, también sabemos que está enfrentado con Hamlin, y también conocemos la relación que mantiene con su hermano Chuck, al que intenta no decepcionar por todos los medios.

Lo más interesante del capítulo llega alrededor del minuto 37, a falta de 6 minutos para el final. Es el momento en que por fin Mike sale de su puesto de tickets de parking y se le dedican varias escenas (en solitario, porque ya lo habíamos visto en acción brevemente en el tercer capítulo, Nacho). Lo que vemos de Mike ya lo conocíamos, también: un hombre solitario. Acude a la puerta de una casa y cruza miradas con una mujer, que podemos suponer es su hija. Luego vuelve a su casa, escasa de muebles, y ve una película de cine clásico. Y esta pausada secuencia termina fuerte: la policía llamando a la puerta de Mike.

Como cada semana, podemos enumerar las múltiples referencias cinéfilas que el capítulo nos ofrece: Jimmy compara a una anciana con Veronica Lake, a Mike con John Wilkes Booth (actor pero también el asesino de Abraham Lincoln) o vemos a Mike viendo en su televisor una película de cine clásico (¿es el que sale en pantalla Cary Grant?).

En definitiva, un episodio falto de la emoción y el nivel de entretenimiento de sus cuatro predecesores, pero que nos dedica unos minutos finales al más puro estilo Breaking Bad con Mike como protagonista, que sacian al espectador ya ciertamente aburrido a esa altura del capítulo. Y que por supuesto, terminan con un pequeño cliffhanger para hacernos esperar con ganas el capítulo de mid season de Better Call Saul.

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