El séptimo y penúltimo episodio de la primera temporada de El Ministerio del Tiempo, "Tiempo de venganza", va un poco más allá que los anteriores al añadir una sombra que oscurece la trama de la ficción, punto vital para la continuidad de la ficción y de su season finale. Más allá de la trama circular que cierra el episodio, la intrahistoria que sobrevuela el personaje de Julián (Rodolfo Sancho) parece ser la llave que desencadene un mal mayor en el final de la temporada.
Quizás vea paja en ojo ajeno y simplemente dude de sus constantes viajes al pasado, pero hay un par de planos ahí de lo que será el final...soñar despierto que decía uno. Desconfío de él desde el inicio, el guión de Olivares sabe jugar muy bien con sus personajes y nos lleva a pensar que el peso recae sobre Julián (como si estuviera ahora descubriendo el Arca de la alianza). Las tres conversaciones que tiene con Irene en el episodio más me hacen pensar que nada acabará bien en el octavo y eso me gusta. Saborear lo que pueda pasar digo...no vayan a pensar.
Este séptimo nos devuelve a una Cayetana magnífica, el episodio se lo come ella en cada escena y ese peso dramático del que antes hablábamos lo lleva en cada una de sus apariciones, desde el inicio en el que conocemos un poquito más a Irene Larra y sobre todo su relación en el pasado con el compañero que la recultó para el Ministerio, Leiva. La muerte de éste provoca un pequeño escándalo que centra la atención de casi todo el episodio.
En ese tumulto Irene y Julián salen de copas y ante una alegación de Julián sobre llevar sus propias reglas, Irene salta:
"Tú tienes otras (reglas) porque las has elegido y yo tengo las mías porque me he llevado media vida viviendo con las reglas que me imponían los demás".
Y de golpe y porrazo nos cae una lluvia de explicaciones sin que haga falta que nos digan nada más, ¡zas! presentar un personaje de principio a fin como se hace en este caso con Irene es una genialidad guardada para todo un punto álgido. Su compañero, su actual pareja, su pasado y sobre todo su carácter al final ante la situación, Ministerio y disfrute, pocas obligaciones más.
La trama principal del episodio cuenta que el fallecido Leiva vuelve de entre los muertos para reintentar un ataque contra el Ministerio y para ello viaja a 1843, donde Isabel II asume la regencia con 14 años y exige conocer el Ministerio del Tiempo. La visita oficial se convierte en un engaño de Leiva para atentar contra la persona que lo engañó años atrás mientras encierra a Isabel, a su hermana y a Maria Cristina, reina regente.
Exceptuando alguna mejora en las escenas de acción (como la de Julián cuando golpea al compañero de Leiva para salvar a la reina), la trama central es perfecta. Un ataque desde dentro con directrices muy claras en las que la forma habitual de solucionar los problemas no van a funcionar y ahí la serie se reinventa, sobre todo con un gran José Antonio Lobato (Leiva) que se hace más protagonista que alguno de los habituales.
Más allá de que todo vuelva a la normalidad, hay algo que huele a problemas de cara al final y aunque las bromas completan perfectamente el episodio (la de la canción de María Cristina y el cine 3D son geniales), aparecen con menos frecuencia dada la cercanía a un punto álgido que augura tener un carácter más dramático. y si alguien nos tiene que gobernar, que llegue el próximo lunes por la noche...en el que recordamos aparecerá nuestro amo y seor Jordi Hurtado.