Débil, pobre y necesario. Así es el quinto episodio de la sexta temporada de The Walking Dead, un cóctel para nada atractivo que aunque guarda una sorpresa, se convierte en una rastra de monólogos para devolver fuerza a personajes que estaban perdidos en Alexandria, una situación incómoda después de que la serie hubiese crecido mucho en este inicio potente y repleto de acción. Eso sí, sin noticias de ese personaje que todos creemos ha desaparecido de la ficción (spoileraco), aunque se hable de él y mucho durante el episodio.
Y menos mal que están Rick y Aaron, porque sin duda son los dos personajes que salvan el capítulo. No digo que el resto sea innecesario, pero es cierto que a veces el peso de la ficción recae en determinados personajes y si quitas de la acción a Michonne, Morgan, Carol y a todos los que están más allá de las barreras de Alexandria, pues se nota, más si tenemos en cuenta el carácter absurdo en alguna de las decisiones que se toman en un episodio tranquilo, pausado y con más reflexión que acción.
Yo me pregunto una cosa, después de todo lo que han sufrido en la cárcel Rick y compañía con los zombis alrededor de las verjas, ¿por qué nadie toma la decisión de empezar a acuchillar de cualquier manera a los muertos vivientes? ¿Por qué si ya saben como hacerlo y han sufrido tanto se quedan a la espera de compañeros que no saben si están vivos para tomar una decisión antes que aguantar a un grupo de zombis cada vez más grande? ¿Por qué, Rick, por qué? O debería decir GUIONISTAS. Y es que ese detalle final, el último plano del episodio es una auténtica tontería, porque o Alexandria cae por una chorrada descomunal o no es más que un guiño que no se convertirá en nada, ojalá nos sorprendan.
Sí, todo flojea. Lo hace con algo de sentido, porque Deanna necesitaba despertar tras la muerte de su marido y lo hace enfrentándose a la muerte, a su hijo, levantando un nuevo plan para su Alexandria y dejando claro que el jefe en The Walking Dead será Rick a partir de ahora (como si fuera algo nuevo), por lo que aportar, lo que se dice aportar, poco. Al menos despierta en sí un personaje más que interesante y con poco que perder a partir de ahora, porque su hijo Spencer es de esos que está empezando a tomar decisiones peligrosas de puertas para adentro.
Con él, una larga lista de personajes que, si no aparecieran en la trama, no pasaba nada (Tara, Rosita, Olivia, Denise, Carl, los hijos de Jessie...) aunque es cierto que componen una pequeña evolución grupal que seguro desencadenará en algo más adelante, pero ahora no ha sido más que un coñazo. Una mezcla conjunta de pequeños detalles aburridos sin sentido, al igual que la escena de Jessie en la que por enésima vez escuchamos un discurso de superación dentro de Alexandria ante esa masa de personajes absurdos, estúpidos e insoportables que siempre están ahí en el fondo quejándose y sin hacer nada de nada. Y mejor no digo nada del momento beso entre Denise y Tara, porque parece que los guionistas están jugando a hacer trucos de magia sin ni siquiera haber practicado antes. Será que no soporto la trama de Denise y encima involucran a Tara, algo que no vale de nada aunque para ello hayan hecho desaparecer a Gabriel, al que han enterrado poco a poco.
Después de haberme quedado tranquilo con todo lo que sobra en el episodio, llega Aaron. Su personaje es sin duda el más destacado de este quinto episodio y lo hace en una situación en la que Maggie debería de ser protagonista, pero la fuerza del buscavidas y sus decisiones hacen que se gane cada vez más minutos en pantalla y sobre todo a este nivel, reforzando una de las escenas que ya avisamos sucedería pronto en la serie.
El único punto de tensión no lo trae Rick con los zobies, sino cuando Alexandria piensa que tras haber pasado un tiempo entre las paredes, Glenn, Nicholas, Sasha, Daryl y Abraham siguen sin volver. Sus nombres empiezan a ser escritos entre los recordados como si hubieran fallecido y obviamente Maggie no lo lleva nada bien, algo que instintivamente le hace luchar para salir a las afueras y buscar a Glenn.
Ahí aparece Aaron, uno de los mejores personajes en las dos últimas temporadas. Su construcción, lucha y la fuerza que le proporciona Ross Marquand le hacen brillar con luz propia para llegar a ser el receptor de uno de los mayores secretos de esta sexta temporada, el embarazo de Maggie. Los lectores del cómic sabrían de este momento y alguna de las pistas que ya había dejado el guión se confirma en un momento de tensión en el que ella asegura que por ese futuro bebé no puede dejar Alexandria para arriesgar su vida.
Bueno en el comic es como vos decis... Rick manda a todos a intentar eliminar walkings uno por uno, así mueren algunos personajes secundarios, tratando de bajar el numero que había llegado a Alexandria. Andrea avisa desde la torre con un disparo que están llegando más walking y todos ingresan a Alexandria para esperar... Hay es cuando el muro se quiebra y entran los caminantes.