¿Ya te has quedado tranquilo al comprobar que en los cinco primeros minutos no ha resucitado Jon Snow? Y lo que queda. Llegue o no, el inicio de la sexta temporade de Juego de Tronos con este "La Mujer Roja" es sólo una apertura de la sinfónica que HBO ha preparado para jugar con sus millones de espectadores, una treta que ya en las promos nos deja posibles sorpresas que nunca esperaríamos y en las que todos ponemos los mismos nombres y apellidos, pero debemos ir a más.
Porque Jon Snow ha dejado de serlo y de ahí que tome importancia, como siempre en los momentos en los que se las necesitas, las brujas. Melisandre es el eje de un episodio en el que no necesita robarse el plano mucho, sólo lo justo para aprender a malear al espectador de cara al terremoto que antes o después provocará, porque a pesar de sus poderes, hoy se ha vuelto terrenal.
La bruja centenaria de Asshai (George R.R. Martin le ha confesado a los productors de la serie que lleva siglos viviendo) es un punto de inflexión. Estaban esperando el momento exacto para que el verdadero yo de Melisandre impactara en pantalla y qué manera de hacerlo. La verdadera Melisandre, aquella que deja atrás a La Mujer Roja, cierra el episodio, se va a dormir, se aleja de la vida por primera vez que sepamos en seis temporadas.
La magia se echa a un lado para que podamos ver la verdadera cara de la maldad personificada en una anciana que mantiene la mirada de bruja a pesar de dejar todos sus elementos para algo tan simple como ir a dormir, una personificación que nunca antes había tenido Melisandre, que lo más normal que había hecho era darse un baño.
Y no, el collar no es fundamental para que pierda sus poderes. Es lo último que se quita antes de volver a su estado natural, pero ya la hemos visto joven y voluptuosa precisamente bañándose y sin el collar, por lo que podría ser que le ayudara a controlar el poder, pero no es un elemento diferenciador para controlar su estado físico. Y todo eso lo ha provocado Jon Snow y los reflejos de las llamas, que le habían advertido de algo que parece lejos de ser realidad (Ja. Y Thoros a la vuelta de la esquina).
Pero no sólo de brujas vive el ser en GOT, más aún cuando presentamos temporada y hay que meter a todos los protagonistas posibles a pesar de que sólo nos dejen un par de frases. Cersei se lleva la palma, porque se define de nuevo ante la posibilidad de tener noticias buenas por primera vez en mucho tiempo, pero la simple cara de Jaime deja entrever que la vuelta de Myrcella no es tal.
"Ella no era como yo, era buena". Si algo no esconde Cersei es su maldad, pero ahora, ante la afirmación de Jaime, refleja también su lado más humano. perder a dos hijos de los tres que le dijeron que perdería, acerca más a la oscuridad de la brujería lo que se vive también en Desembarco.
¿Y de dónde viene el dolor que se refleja en la capital? De Dorne, como no, algo que se vuelve a comprobar en una de las mejores escenas jamás vistas en Dorne, algo harto complicado (NO). Las Serpientes de la Arena hacen de las suyas ante su propia familia y cambian el rumbo de los dornienses con un triple asesinato en el que la marcha que más duele no son ni mucho menos Doran Martell ni su hijo, es la de Hotah, lo que deja entrever la fallida trama de Dorne. A ver cómo despega.
En este punto y ante personajes imponentes en Juego de Tronos como Daenerys, reconozco que la mejor escena para mí es el enfrentamiento completo de Dany con Khal Moro después de que los Dothrakis la rapten sin saber quién es. La mezcla de las bromas del khalasar, de los acompañantes del Khal y de la respuesta de la Madre de los Dragones es el único punto humorístico en la vuelta de la serie y funciona a las mil maravillas.
La enumeración de opciones que mejoren en la vida lo que significa "ver a una mujer desnuda por primera vez" es sin duda de los mejores momentos de este reinicio de la temporada. Ese trato sólo podría frenarlo Daenerys, que de nuevo se ve envuelta en un futuro viaje a Vaes Dothrak al entender Khal Moro que es la salida natural para las viudas de un Khal.
Arya afronta un nuevo comienzo después de haber perdido la vista y no parece que lo vaya a tener precisamente fácil, Tyrion comienza a tantear el terreno de una Meereen que comienza a rebelarse ante la ausente Daenerys y Ramsay sigue haciendo de las suyas (sí, vale, otro momento cómico, os lo compro) en su salida triunfal ante la muerte de Myranda. Un graciosete.
La que sí parece encauzar su futuro es Sansa Stark, al fin a los pies de Brienne por más que sea la de Tarht la que se arrodille. Un juramento mucho más creíble que la espectacular batalla del mejor combatiente de todos los tiempos, Poddrick. No podíamos acabar sin nombrarlo, más ahora después de haberse convertido oficialmente en soldado tras el estricto entrenamiento de Brienne, aunque todo esto nos lo estemos imaginando.