La pausa impuesta en el segundo episodio de la séptima temporada de The Walking Dead al menos nos permite pestañear, respirar y disfrutar tranquilos de una apacible historia de reinos, cuentos de hadas, CGI, circos y salvadores, todo en un mismo cóctel para recordar que hay vida más allá de Negan en el Reino de Ezekiel.
Quiero escribir sobre Negan, casi que el teclado me obliga a volver, pero su sombra está igualmente en el Reino que un solitario cuidador de un zoológico ha montado alrededor de su propia felicidad y la de un nuevo hogar. En ese entorno The Walking Dead cada vez me sorprende más. El concepto de la zona está más que conseguido, por no hablar de la maravilla de Nicotero y los suyos con Shiva, el tigre de Ezekiel.
Pero, amantes de Lucille, cuando unos abandonan el rastro de la ficción, la fuerza con la que otros aparecen hacen precisamente de esta serie lo que es y ahí cada vez acierta con más fuerza la producción, porque el casting y el trabajo argumental sobre Ezekiel, Benjamin y Jerry.
Y eso no deja a la serie sin secretos, porque la enseñanza de Morgan a Benjamin conlleva detrás el entorno filosófico del primero y el conocer realmente la historia de cómo murió su padre, si es que realmente lo hizo. Aunque la mención especial es para Cooper Andrews, que interpreta a Jerry, la mano derecha de Ezekiel (personaje que no aparece en los cómics). En sólo dos escenas y apenas sin abrir la boca muestra una presencia en pantalla similar a la de la propioa Shiva.
Y sí, el hype está en ver a Shiva en acción, quién no está deseando.
En el aire quedan preguntas que seguro responderá la serie con el paso de las temporadas, como la extraña alimentación de los cerdos, el gigantesco ejército de Negan o cuándo se descubrirá el secreto de Ezekiel en su comunidad. Mientras tanto, disfrutemos de la lucha medieval con caballos, armaduras épicas tigres y demás detalles épicos del episodio, que sin duda dejan una sonrisa casi tan parecida como la de Carol cuando ve a su nuevo rey por primera vez.
El episodio tiene muchos momentos, demasiados entre tanta presentación, pero la cámara fija cuando Carol roba el cuchillo y el chocolate es deliciosa, aunque me quedo con la conversación entre Ezekiel y la propia Carol, una auténtica maravilla:
- Carol: ¿Qué más te dará que me vaya?
- Ezekiel: Porque me hace sentirme bien
La pérdida, más que nunca en The Walking Dead, genera más recompensas que derrotas y con Ezekiel, Benjamin, Jerry y Shiva salimos todos ganando.