Con el estreno de la séptima y penúltima temporada de Juego de tronos (2011-) acercándose cada vez más -el 16 de julio-, toca echar la vista atrás y pensar en una de las mayores curiosidades del proyecto, una tal que de hecho podría haberlo hecho directamente ni existir. Para el que no lo sepa, cuando una serie de televisión se presenta como idea a una cadena, y una vez aceptada la idea, se va a producir un episodio piloto. La cadena pondrá el dinero necesario para que se ruede ese primer capítulo y, en función del resultado final, se decidirá si pedir una orden de capítulos o cancelar todo el proyecto. A veces se va a dar la opción de volver a rodar partes del capítulo para satisfacer más a la cadena y lograr así la luz verde.
Con Juego de tronos también pasó ese proceso. Tras darles George R.R. Martin el visto bueno como adaptadores a David Benioff & D.B. Weiss, HBO aceptó rodar un primer episodio, uno que dejó muy insatisfechos a todos los implicados creativamente, no sólo a la cadena sino a los propios guionistas, que han admitido que narrativamente era muy confuso, hasta el punto de que ni se establecía claramente que Cersei y Jaime fueran hermanos, eliminando todo componente de sorpresa a la revelación de Bran descubriéndoles en el final. La acción no era satisfactoria -el director era el ahora oscarizado Tom McCarthy, sin experiencia en ese campo-, se usaban innecesarios flashbacks y el argumento era un lío.
Demostrando su gran fe en el proyecto, HBO dejó que Benioff y Weiss reescribieran el capítulo y les dejaron hacerlo junto a un segundo episodio. La cadena trajo al proyecto a Timothy Van Patten, uno de sus directores más brillantes y prestigiosos, y un tiempo después se rodó casi todo el primer capítulo de Juego de tronos. Incluso se quedó por el camino un cameo de George R.R. Martin como un noble Pentoshi en la escena de la boda entre Daenerys y Khal Drogo, pero al volverla a rodar no pudo salir de nuevo. Jennifer Ehle, Tamzin Merchant, Ian McNeice dieron vida a Catelyn Stark, Daenerys Targaryen e Illyrio Mopatis en ese capítulo, pero fueron reemplazados.
El resultado, como ya se sabe, fue un arranque de lo más satisfactorio, que hasta estuvo nominado al Emmy a Mejor Dirección. No es lo más frecuente que una cadena confíe así en el potencial de una serie, pero está claro que los creativos de la serie vieron sus posibilidades y acertaron de pleno. Es la cara menos comentada del proceso creativo, pero resulta curioso conocerla. 60 entregas más tarde, Juego de tronos es uno de los proyectos más populares y masivos de la historia de la televisión. Y pronto regresa con sus nuevas entregas.