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[Opinión] Sense8, Amor Vincit Omnia

Posibles spoilers de Sense8

Amor Vincit Omnia, el título del episodio final de Sense8, es toda una declaración de intenciones. Un grito de guerra proclamado por los sensates. Una manera de resumir el espíritu de la serie en tres sencillas palabras. Un concepto revolucionario dentro de la coyuntura televisiva actual.  Sense8 nos hace creer que estas palabras son verdad y que el amor, manifestado en todas sus formas, puede vencer a aquello que nos impide ser.

La serie ha querido regalar a sus fans un episodio que tuviese todo lo que la hace única y especial. Una mezcla de la ciencia ficción más pura con el humanismo made in Wachowski. Lo tenían complicado: pese a tener más de dos horas por delante, tenían muchas tramas que cerrar y muchas preguntas por resolver. Pero lo han conseguido.

Y lo han hecho siendo fiel a su esencia. Los buenos han ganado la partida y eso sienta bien, muy bien, porque queríamos que la ganasen.

Realizar un final de serie sin un momento trágico y sin matar a ningún personaje es un gran riesgo creativo. La audiencia se ha acostumbrado en esta última década a abrazar la idea de que no todo sale bien, y eso no es necesariamente negativo. Es lo que pasa en la vida real y, en la ficción, al fin y al cabo, se simula la realidad. Pero Sense8 no quiere contarnos la realidad, sino una mejor versión de esta. Una en la que somos capaces de dejar atrás nuestras diferencias, prejuicios y miedos para ayudar a quienes amamos.

El riesgo creativo de Sense8 no es solo el apostar por los buenos hasta el final, sino contarnos una historia en la que lo que importa es la esencia de los personajes. Utilizar la ciencia ficción como terreno exploratorio, no para crear mundos imposibles, sino para crear posibilidades en el mundo. Posibilidades para imaginar esa mejor versión, y lograrlo sin caer en tramas edulcoradas.

En Sense8 la crueldad y la violencia existen, son el axis de las tramas principales. El clan sufre, de forma individual y colectiva, y vive en constante amenaza. Sin embargo, el clan prevalece porque está unido y la unión hace la fuerza. En un mundo tan individualista, la serie lanza un poderoso mensaje: somos mejores si luchamos juntos por la causa correcta. En palabras de Bodhi: “ante semejante mal, la neutralidad es complicidad”.  Así que sí, los buenos ganan porque a veces esto ocurre.

Más allá del mensaje y la tesis que nos plantea la serie, hay aspectos relacionados con la técnica que deben resaltarse por su complejidad y maestría. En primer lugar, la habilidad de tener más de 10 personajes constantes en el episodio y hacer que brillen en ciertos momentos. Un equilibrio de minutos muy bien manejados, quizá con la excepción de Lito que a mi parecer se queda corto, que denota el saber hacer de una mesa de guion que respeta a sus personajes.

En segundo lugar, el montaje. Es un todo por el todo en este episodio. La capacidad de coordinar las escenas de acción, las coreografías, los efectos ópticos, el dinamismo…es como asistir a una master class sobre cómo narrar apoyándote en el montaje.  Pocas producciones se atreven a jugar con los trucos de cámara en lugar del CGI, y por eso mismo Sense8 tiene ese toque de autenticidad. La complejidad de su realización es uno de los aspectos diferenciales que no están relacionados con su contenido.

En definitiva, el canto de cisne de Sense8 es un agradecimiento a los fans. Un último testimonio de cómo usar la ciencia ficción para contar historias diferentes. Una historia en la que todo acaba bien porque nos tenemos que permitir creer que hay esperanza. Que allá donde esté nuestro clan, nuestra familia, esté formada por quien esté formada, tendremos un hogar.

El amor lo vence a todo.

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