A lo largo de las ocho temporadas de Juego de Tronos Sansa Stark es seguramente el personaje que más ha sufrido y evolucionado hasta convertirse en el fiel reflejo de su padre, en la guardiana del norte, en la heredera real de Ned Stark.
El juego de George R. R. Martin estaba cuidado al más mínimo detalle, mostrar todas las fichas en el tablero para que creyéramos a Jon Snow como el heredero espiritual de todo lo que supuso Ned Stark para una generación en Invernalia, pero los detalles de los últimos episodios dicen otra cosa.
Desde que volvió a Invernalia hemos visto cómo la evolución de Sansa la ha llevado a ser la única que se preocupa verdaderamente por los suyos y son infinitos los guiños que nos dejan Benioff y Weiss en esta temporada en la que definitivamente es la reina del norte.
“What about the North?”
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— Game of Thrones (@GameOfThrones) 23 de abril de 2019
Sin necesidad de entrar en batalla, Sansa es ahora lo que fue Ned Stark en el pasado y hay una escena en concreto que destaca por encima de todas, aquella en la que Lady Sansa se sienta junto a Theon y a su pueblo para comer la misma sopa que ellos, para ser uno más, un fram que pasa desapercibido durante la canción de Podrick en el cierre del 8x02.
Aquella chica que solo buscaba príncipes y castillos en el inicio de la trama ahora tiene el huargo tatuado a fuego en cada una de sus decisiones y esa sencillez para solucionar los problemas, acercarse a su pueblo y pensar constantemente en ellos la hace ser la sombra exacta de Ned Stark.
En los libros de Martin, Ned Stark siempre invitaba cada noche a una persona diferente que viviera en Invernalia para que le contara sus problemas y poder así solucionarlos, personajes tan secundarios como Mikken o la vieja Tata que reflejaban lo que buscaba el pueblo.
Eso es ahora Lady Sansa, esa conversación previa a la de Daenerys para proteger a las gentes del campo, la intención para darle de comer a los suyos y, de manera más inteligente que su padre, la negación para volver a arrodillarse ante un rey en Desembarco para poder así mantener el orden en el norte.
Es imposible a día de hoy saber cómo finalizará Juego de Tronos, pero si hubiera que apostar por el verdadero líder del norte, Sansa sería sin duda la que Ned Stark elegiría si pudiera volver por unos instantes al mundo de los vivos.