¿Es Melisandre un Deux Ex Machina de Juego de Tronos?
La batalla de Invernalia prometía ser el capítulo más rememorado de la serie, una batalla infernal cuya duración ocupa casi todo el metraje y que emulaba a la batalla del abismo de Helm. Aunque en lo técnico sea prácticamente intachable –debates acerca de la fotografía y la falta de luz aparte-, lo cierto es que en el ámbito narrativo se queda bastante flojo. Si bien la hibridación de géneros es interesante, llevando al espectador de la épica bélica al terror, el resultado final del guion se me antoja muy lejano a la calidad que ha demostrado Juego de Tronos hasta ahora. Por poner un ejemplo de este guion que hace aguas solo diré un nombre: Melisandre.
La Sacerdotisa Roja ha sido un personaje interesante desde que hizo su primera aparición en la segunda temporada de la serie. Su historia es apenas desvelada, así como sus poderes, aunque sabemos que están relacionados con los dioses, especialmente con R’hllor, uno de los antiguos y olvidados de Poniente. Obsesionada con la profecía de Azor Azhai, el principal propósito de Melisandre ha sido vencer al Rey de la Noche fuese como fuese. Para ello, la Sacerdotisa se ha valido de las visiones que el fuego le proporcionaba errando por el camino múltiples veces. Finalmente, en este 8x03 ha podido cumplir su cometido. Y, aunque el resultado ha sido satisfactorio, la ejecución no tanto.
El apresurado final de Melisandre
A mi parecer, la aparición de Melisandre ha sido un gran Deus Ex Machina, aunque no de la manera tradicional. Para empezar, su llegada a Poniente es muy poco coherente. Melisandre se marchó, supuestamente a Volantis, con el objetivo de prepararse para la Gran Batalla y su consecuente muerte, así que su regreso debería haber sido por mar. De haber sido así, con Invernalia sitiada, su llegada no hubiera pasado desapercibida.
Sin embargo, la Sacerdotisa llega a caballo, en mitad de la línea de batalla y consigue situarse en la tierra de nadie entre los caballeros de Daenerys y las primeras hordas de Caminantes. Eso ya de por sí sorprende. ¿Cómo se sitúa ahí? ¿Nadie avisa? ¿Por qué Gusano Gris y Davos no dicen nada? ¿Cómo ha conseguido traspasar esa línea de batalla sin toparse con ningún Caminante?
Poco después de este momento que da comienzo a la batalla, la siguiente vez que vemos a Melisandre es para ser clave en un momento de desesperación. Los Inmaculados no pueden defender la puerta, Daenerys no es capaz de incendiar las barricadas y las flechas del muro caen en saco roto debido al frío. Nadie puede hacer nada, pero de pronto, ahí está ella. Rodado con gran tino para mantener la tensión, era de todos sabido que Melisandre podía hacer arder las barricadas y así, de manera muy oportuna, ganar tiempo para que el castillo se pudiese proteger.
Por último, ella es quien da con la clave del episodio en un encuentro fugaz, pero vital para la trama. La pista bien la podría haber dado Bran o incluso Arya podría haber querido proteger a su hermano, al fin y al cabo, está Invernalia por eso…pero no. Melisandre, después de reaparecer de la nada, salvar a los Inmaculados de una muerte segura y pasearse por el castillo sin que nadie le dijese nada acaba en la puerta cerca de la biblioteca con el timing preciso para decirle a Arya lo que tiene que hacer.
Esto se puede justificar en guion con que ella sabe el desenlace de todo y que por eso se encuentra ahí, aun así, me resulta una justificación muy pobre. Es un continuo “qué casualidad” en la que Melisandre está donde tiene que estar y tiene la última revelación, después de mucho tiempo fallando en sus pesquisas. Se hace uso de sus profecías para darle una concordancia narrativa a la historia, aunque sigue siendo síntoma de un guion que intentaba recrearse en la batalla y se apresura a contar el desenlace.
Para mí su trama hubiese sido mucho más loable de haberla visto llegar durante la Larga Noche a la fortaleza. Hubiera sido mejor si se hubiera tomado un minuto en explicar cómo puede estar en una zona en guerra totalmente impasible. También si se dejase espacio a contar algo acerca de la magia, que parece que de pronto y de un plumazo se desvanece de Poniente con su muerte. Conmigo el riesgo narrativo no ha funcionado. Tras siete temporadas construyendo este momento, me parece que todo lo relacionado con el Rey de la Noche debería haber sido más potente. Volver al Trono de Hierro es algo que apenas a nadie le interesa.
A saber qué nos depara ahora Juego de Tronos.