La eterna pregunta sobre las mejores series de la historia se repetirá cada vez que HBO, Netflix o Amazon compongan una ficción lo suficientemente poderosa como para resquebrajar el top 10, pero lejos de ideales y debates hay algo inamovible en todas ellas, el primer recuerdo.
La mayoría de las veces ese primer golpe de adrenalina del episodio piloto te rompe por completo para cambiar de serie o mantenerte atento un par de episodios más, y te gusten más o menos las elecciones finales, el halo de cada una de ellas solo en su primer plano tiene una fuerza brutal.
Sin la verdad absoluta y en una terrible duda elegimos solo 10 de las mejores series de la historia, una decisión tan subjetiva como la tuya para rebatirme en tu mente, de ahí que haya hecho esta lista para abrir las posibilidades de que vosotros también volváis a vuestras favoritas para ese first shot que ahora recordamos.
Estas están lejos de nuestra clasificación, pero quizás estén en la tuya porque son auténticas joyas maestras: Sherlock, Frasier, A dos metros bajo tierra, Alfred Hitchcock presenta, Futurama, Lost, Sons of Anarchy, The Office, Chernobyl, True Detective, Batman: The animated series, Seinfeld, Treme, Black Mirror, El Ala oeste de la casa blanca y Death Note.
Cactus, Albuquerque, montañas, Nuevo México, el pasaje desértico más desolador, un lugar perfecto para el delito...y para la torpeza de Walter y Jesse, el preámbulo perfecto para un inicio desde la famosa caravana de la ejecución. Los pantalones al viento, las máscaras y la pistola. Y todavía algunos dirán que el inicio de una de las mejores series de la historia es lento.
Algunos no recordarán que Los Simpsons se estrenó en 1989 con un especial navideño, sin la intro habitual de la serie y con un plano de una carretera repleta de nieve segundos antes de que aparezca el coche de Homer. Ese histórico "como siempre llegamos tarde" del prota abre un piloto que si quieres volver a ver ahora en Disney Plus debes achatar a 4:3.
El mejor recuerdo de la guerra es el de los protagonistas y Hermanos de Sangre seguramente sea una de las mejores ficciones jamás creadas alrededor de la Segunda Guerra Mundial, un alegato que abre con la pura realidad de algunos soldados antes de cerrar el telón, abrirlo otra vez y contar la historia de esos 506 paracaidistas que se jugaron la vida en Europa.
Tony Soprano, uno de los mayores capos de la mafia de Nueva Jersey, sentado en el sofá segundos antes de entrar para hablar con su psicóloga. El juego emocional de Los Soprano es un columpio interminable, el vértigo en estado puro mezclado con la osadía de jugar con la mente del personaje. Su némesis, su familia, los patos y la única serie del top 10 que abre con su protagonista.
Central Perk es la bienvenida de los seis amigos, cinco por entonces
La sangre a ras de suelo en uno de los cientos asesinatos del Baltimore de The Wire, un contexto en solo segundos. Tres niñas pequeñas observándolo todo, la policía como conjunto y apartado, Mcnulty integrado en la comunidad en una viva imagen de lo que será la serie. En solo segundos, el alma de The Wire en una atmósfera sincera, grotesca y con un humor negro que completa el inspector en su charla.
Contexto previo de la carretera llegando a ese famoso cartel de Bienvenidos a Twin Peaks antes de que David Lynch pintara con ese verde tan reconocible el título de la serie
Tres miembros de la guardia de la noche, la incertidumbre frente al muro, un pequeño paseo y el primer zarpazo de Juego de Tronos en forma de asesinato. Ese caminante blanco destrozando la garganta de uno de los guardias es el sangriento reflejo de lo que luego será la serie: invierno, destrucción y un final entre zombies de ojos azules.
El ácido de los Coen se traslada desde su película a la serie que protegen desde esta majestuosa primera temporada, todo envuelto en esa fachada de "es una historia real" en la Minnesota hermana de la película y del resto de temporadas por mucho que sean historias diferentes. Eso sí, asusta. Ese triste solo de violín de Jeff Russo, muy al tono de lo que hizo Carter Burwell en la película, asusta incluso antes de empezar.
Mad Men baila desde su inicio en los 60 con el Band of Gold de Don Cherry, un juego de voces brillantes en ese restaurante de lujo en el que conocemos en segundos a Don Draper. Suena un "nunca he querido grandes riquezas, solo tengo un deseo en la vida, una sencilla alianza de oro que demuestre que eres mía", mientras Draper escribe en una servilleta ideas nada válidas para el anuncio. Empieza el show de las siete temporadas.