Llevamos tan solo tres episodios de Invasión Secreta, la nueva serie de Marvel Studios en Disney + que está siendo toda una sensación gracias a una trama que nos sumerge de lleno en la amenaza de los skrulls, una raza alienígena capaz de adoptar la forma de cualquier otro ser, dando explicación a un posible regreso de Iron Man.
Fue en Capitana Marvel cuando conocimos por primera vez a esta raza en el Universo Cinematográfico Marvel. Una amenaza metamorfa que nos induce la inmediata sospecha que cualquiera puede ser un skrull. Y no solo ahora, si no desde siempre. Como puede ser también el caso de el nuevo Capitán América.
Y es que no ha sido hasta esta serie cuando se nos ha revelado que hasta un millón de skrulls viven en la Tierra, muchos de ellos ya usurpando la identidad de miembros poderosos de los distintos Gobiernos. Cuando creíamos que eran solo una docena los que Nick Furia había dejado refugiados en nuestro planeta, sin intenciones de crear conflicto.
Los que han llegado, sí pretenden hacerse con nuestro mundo, y en ese proceso es bastante más que probable que algunos de los Vengadores ya sean skrulls como hemos mencionado. Siendo el caso más evidente el de James Rhodes, alias Máquina de Guerra.
Empezando por el principio, cabe recordar que 'Rhodey' se mostró arrepentido de firmar los Acuerdos de Sokovia, con los que los superhéroes debían de dar a conocer sus identidades secretas y además prestar sus habilidades al Gobierno. Al darle la espalda se sumó a los fugitivos del 'Team Capi'. Sin embargo, de repente, vuelve a ser una figura importante dentro del ejército de los Estados Unidos.
En la conversación del segundo capítulo, muchas cosas no encajan con la personalidad de Rhodes, demasiado arrogante y poco cuidadoso con sus palabras y acciones. Una de ellas es querer llamar de inmediato a Los Vengadores. Algo poco sensato, pues los skrulls podrían copiar la identidad de ellos (si es que alguno no lo es ya), y sembrar el caos en el mundo, haciendo creer a la población que los Vengadores se han vuelto contra ellos, o provocar un conflicto a nivel mundial.
Durante el tercer episodio, un momento clave es cuando Furia reconoce por llamada que un skrull se está haciendo pasar por Talos porque éste le llama Nick. A lo que responde que "Nadie me llama Nick". Retrocedamos en el tiempo. Y en la conversación con Rhodes, tras llamarle Furia en cinco ocasiones, un desliz hace que Rhodey termine llamándolo Nick. Provocando la risa nerviosa de éste, antes de marcharse, en un tono mucho más amenazante que nunca.
En esa conversación, Rhodes ignora por completo los consejos de Nick Furia, que lleva trabajando años con los skrulls. Para finalmente despedirlo sin reservas. E incluso se le ve complacido en ese momento, admitiendo que se ofreció él, sin que nadie de arriba se lo haya mandado. Sin Furia en la ecuación, el camino se allana para los skrulls y seguir con su Invasión Secreta a las altas esferas de los gobiernos.
Al final del segundo episodio y comienzo del tercero, se explica que la esposa de Nick Furia, que admitió tener en Soldado de Invierno, es en realidad una skrull. La cual, en su presencia, adopta forma humana. Lo que descartaría a Nick Furia como skrull. Una esposa que parece recibir un mensaje importante, acudiendo a una caja de máxima seguridad en el que en su interior hay un arma, pues sabe que está en peligro. En ese instante recibe una llamada de La Resistencia Skrull, pidiendo ella hablar con su líder, Gravik. Pero quien está el teléfono y se va a reunir con ella, no es otro que James Rhodes.