El primer semestre de 2020 verá la luz el siguiente gran producto de Facebook. Se llama ‘Libra’ y no es una nueva red social, ni una plataforma para subir fotos, vídeos o compartir mensajes. Libra es una criptomoneda con la que muchos piensan que Facebook quiere hacer frente a Bitcoin o Ethereum, pero ¿qué hay de interesante en eso?
Para Mark Zuckerberg lo relevante está en el mundo en desarrollo. “Hay 1.700 millones de personas que no tienen una cuenta bancaria” y eso supone un 31% de la población mundial, tal y como anuncian en la web oficial del proyecto Libra.
Con una cuenta de Libra —asociada a Facebook, Instagram y, probablemente, WhatsApp—, los usuarios ahorrarán, pagarán o transferirán dinero como si se tratase de una cuenta de banco ordinaria pero con precios “muy bajos” o “sin coste” cuando se trate de envíos.
En la última F8 (la conferencia de desarrolladores de Facebook), Mark Zuckerberg declaró que enviar dinero por la red “debería ser tan fácil como enviar una foto”. En realidad esto no es nada nuevo. Sistemas como PayPal o Twyp ya permiten realizar estas operaciones de una forma sencilla.
La tasa de adopción que tiene cualquier nuevo producto de Facebook es arrolladora. Su posición de dominio absoluto en el mundo de las redes sociales (+2.500 millones de usuarios utilizan cada día Facebook, Instagram y WhatsApp) hace que cualquier producto promocionado con su sistema de acceso o login unificado (FB Login) tenga una aceptación enorme desde los inicios.
Esto diferenciaría a Libra de otras criptomonedas más técnicas o para las que es necesario disponer de ciertos conocimientos a la hora de utilizarlas. Calibra, la empresa subsidiaria de Facebook, tendrá a su disposición un sistema de distribución inédito en cuanto a tipología y capacidad de penetración en el mercado.
El simple hecho de facilitar su uso y asimilar el envío del dinero al de un mensaje de texto o una foto ayudaría a una expansión que podría ser muy veloz.
Tras el “Internet de las Cosas” llega el “Internet del Dinero”, asegura Zuckerberg, un Internet que tendrá su sede legal en Suiza, como no podía ser de otra forma, a pesar de que las imágenes promocionales se han centrado en zonas deprimidas de Manila o Ciudad de México.
Tal y como hicieron las organizaciones detrás de Ravencoin, Ethereum o Bitcoin, Facebook ha creado su propia cadena de bloques (blockchain) para la gestión de Libra. Esto significa que existen servidores compartidos distribuidos por el mundo que certificarán las operaciones que ocurran con esta nueva moneda. En teoría esto imposibilitaría que ninguna empresa o institución pudiera tener el control completo de Libra.
Para hacer que la moneda sea estable habrá una reserva real de libras y existirá la posibilidad de cambiarlas por otras divisas. Esto significa que habrá un ratio de cambio estable. Será esa estabilidad la que defina el futuro de este proyecto de Facebook. Nadie quiere utilizar (comprar) una moneda que al día siguiente puede costar mucho menos. En este sentido, el caso reciente de Bitcoin (que llegó a equivaler a más de 20.000 dólares y al poco tiempo se desplomó por debajo de los 5.000) sirve de ejemplo sobre lo que no debe ocurrir para que Libra tenga éxito.
Calibra también quiere evitar que su moneda acabe siendo una herramienta para terroristas o quienes lavan dinero, por lo que se implementará un programa “eficaz” para disminuir las probabilidades de emplearla de forma ilegal.
Facebook y privacidad son dos términos que suelen estar mal relacionados en el último año. Tras el escándalo de Cambridge Analytics, pocos creen que la Red Social sea capaz de crear un sistema realmente privado.
Los creadores de Libra se defienden asegurando que habrá hasta 100 empresas con nodos asociados al proyecto, entre ellas Spotify, Mastercard, PayPal, Coinbase, Uber o Vodafone. Así, Facebook tendrá en un principio un papel de coordinación y promoción de un marco legal pero pasará, a medio plazo, a no tener más de un 1% de la Asociación Libra.