Hay veces que en esta vida pasa un tren. Puede cogerlo o dejarlo pasar, pensado que vendrá otro mejor o por miedo al viaje. Yo una vez dejé pasar uno, este no se me escapa, cojo aunque sea sin billete. Este tren pasa por Sudáfrica, por Lesoto: por correr el Lesoto Ultratrail. http://www.lesothoultratrail.com/
Un regalo caído del cielo. Y digo bien, un regalo, ya que acudiré a la cita africana de la mano de Territorio Trail. No hay cosa peor que faltar a la verdad o creerte lo que no eres. Yo voy como prensa a cubrir la carrera para dicho programa, no voy por méritos personales o por mi calidad como corredor. Pero bueno Dinamarca también fue de rebote a la Eurocopa de 1992 y acabó ganando. Buen símil. A título personal también es un regalo. El motivo que necesitaba para volver a entrenar motivado y con ganas, tras dos años a la deriva. En estos años he tratado de enderezar una nave que iba camino del fondo del mar, dando volantazos a izquierda y derecha sin saber muy bien porqué. Sin un rumbo, sin un puerto donde llegar. Dejando el símil marinero: alternando deportes sin ningún criterio, mal entrenando, mal comiendo, compitiendo más que nunca (para la situación personal-familiar que tenía), con los peores resultados que recuerdo y eso (y es lo más triste) con una sensación de llegar con la lengua fuera a todos los lados.