La afición fue clave en tres momentos de la temporada

Es un domingo feliz. El Valencia CF ha conseguido el verdadero premio de la temporada que es clasificarse para la Champions y sus seguidores lo saben. Por eso, la alegría se desbordó en Valladolid, en Valencia, en los aeropuertos y en cada casa. Y es que, a pesar de que la afición del Valencia CF tiene fama de gruñona, de ser exigente, a veces dicen que demasiado impaciente, este año ha dado un paso adelante importantísimo para el club.

Muchos futbolistas y técnicos rivales aseguran que si vienes a Mestalla y aguantas quince minutos, los seguidores valencianistas se ponen nerviosos y aprietan a su equipo más que lo apoyan. Y quizá algo de razón no les falte a los que defienden esta postura. Sin embargo, si algo he notado esta temporada -ya son más de veinte siguiendo al Valencia CF como periodista- es que la afición ha madurado en este año del Centenario.

Estoy firmemente convencido que la afición, el apoyo de la misma, ha sido decisivo para que el equipo haya cosechado los éxitos que lleva y esté a punto de cerrar una gran temporada disputando una final de Copa. De estos doce meses, en mi opinión, hay tres momentos o fases en los que los seguidores fueron clave para que el proyecto siguiera adelante. Tres momentos en los que se ha posicionado al lado de los estamentos que más débiles estaban en cada situación: Marcelino, la entidad y, por supuesto, el equipo.

Hay tres momentos en los que se ha posicionado al lado de los estamentos que más débiles estaban en ese momento: Marcelino, la entidad y, por supuesto, el equipo.

Entre diciembre y enero con Marcelino.

La primera vez que lo pensé fue a finales del año pasado. Fue una fase de la temporada en el que el mal arranque hacía mella. Otro año, otras temporadas, a Marcelino se le habría pitado y el club lo habría echado, pero la afición del Valencia CF también es Centenaria y se dio cuenta que, aunque los resultados no eran los esperados -sobre todo por la falta de acierto- el equipo trabajaba y merecía más suerte. Al final cambiaron las tornas y la cosa mejoró. Nunca hubo una crítica desmesurada y eso ayudó a que el club no perdiera el rumbo.

En la Europa League y el conflicto de las entradas con el club.

La segunda vez que lo pensé fue en una fase de la temporada más avanzada, en la que afición demostró que ha madurado, que está a la altura de un club como este. Fue en las eliminatorias de la Europa League -derrotas incluidas- y en el conflicto de las entradas por la Copa. En el pulso lanzado por la Grada Joven, Curva Nord o como quieran denominarla, la afición se posicionó cuestionando no tanto el fondo, pero sí las formas. No todo vale para conseguir un objetivo y, mucho menos, dejar de animar. El mensaje llegó claro por parte de una mayoría aplastante en Mestalla.

Durante todo el año, en Valladolid y en Sevilla con el equipo.

Los puntos anteriores del análisis me hicieron reflexionar y echar la vista atrás y darme cuenta que, en el año del Centenario, los seguidores siempre, siempre, siempre han estado al lado del equipo. Cuando flojeaba, cuando no ganaba, cuando necesitaba remontar -Getafe- cuando precisaba cariño porque Alcaraz te 'birlaba' dos puntos... En Valladolid cuando había que certificar la Champions... En definitiva, la afición siempre supo leer el partido y analizar con detalle qué o quién necesitaba su apoyo. Sin duda será uno de los grandes recuerdos que me lleve de este año del Centenario. Sin  duda, buena parte del éxito es cosa suya. Así que, enhorabuena y feliz semana. Les veo en siete días con la octava Copa en la mano.

David Torres

Delegado de ElDesmarque en Valencia