Desde que aterrizó en el Deportivo cuando he escuchado a Mollejo delante de un micrófono me he quedado gratamente sorprendida por su madurez comunicativa. Tendemos a pensar que a los más jóvenes les cuesta más expresarse y no tiene por qué ser así. Pero debo reconocer que al escuchar el discurso del chaval se me pasó por la cabeza que hablaba tan bien porque traía buena escuela.
Procedía de la cantera del Atlético de Madrid, era internacional y cuando decía aquello de "yo estoy aquí para rendir donde el entrenador quiera y decida ponerme" semejaba una frase bien aprendida y estudiada. Pero, sin embargo, no es el caso. El joven futbolista del Dépor ha plasmado sus palabras en el campo. Su trayectoria así lo demuestra. Quizás, ha sido de los pocos que ha sabido sobreponerse en los momentos de mayor adversidad. Sí, se pasaría de intenso en ocasiones pero jamás tembló. Nunca le quemó la pelota ni estando de colista. Siempre que la tocó, luchó por sacar alguna genialidad y si no la tenía, peleaba por ella.
El jugador más joven de la plantilla fue casi el único que conseguía sobreponerse a la inexperiencia y al desconcierto general. Nunca dejó de creer teniendo al mismo tiempo una gran confianza en sí mismo. No solo lo decía sino que lo demostraba. Y no es que lo diga yo, sus números lo demuestran y lo que opinan de él los tres entrenadores que ya ha tenido el Deportivo esta temporada, también. Todos quieren a Mollejo.
"Necesitamos más futbolistas como Mollejo, me gustaría que todos tuvieran esa intensidad y esas ganas de jugar al fútbol" declaraba el primer técnico del Dépor en la presente temporada. El jugador cedido por el Atlético de Madrid era uno de los favoritos de Juan Antonio Anquela, que no se cortaba un pelo a la hora de alabar la actitud de Mollejo. El manchego peleaba caído a la banda sin protestar aunque él siempre reconoció que su posición favorita era la de mediapunta. Se adaptó también a las pruebas del puzzle fallido de Luis César Sampedro. No perdió su garra ni demostró malestar.
Y llegó Fernando Vázquez y se encontró. Al menos cuando el de Castrofeito lo situó de mediapunta, su puesto favorito. Y cuando creía que ahí se iba a quedar, descubrió una nueva posición. El técnico del Dépor decidió apostar por un Mollejo carrilero .Lo hizo en Albacete y lo alabó y repitió frente a la UD Las Palmas y le encantó.
"Estoy súpercontento, ya lo dije después de Albacete. Hoy estuvo mejor, es un chaval con un despliegue físico impresionante. No se le puede pedir más al chaval. Tiene la capacidad de estar ahí y después de romper como si fuese un delantero. No sé cual será su futuro pero era algo previsible desde mi punto de vista y no sabía que iba a hacer esa función con la solvencia que la está haciendo" comentó Vázquez tras el gran partido de Mollejo ante el Cádiz en Riazor.
Mollejo tiene mucho potencial y el profe Vázquez quiere exprimirlo al máximo. La relación entre ambos es excepcional. A Mollejo nunca le faltó confianza por parte del banquillo desde que llegó al Deportivo. Él también tenía la suya propia pero ahora se ha encontrado con un 'padre' del fútbol que con cariño no cesa de darle instrucciones desde la banda: "Parece que me está echando la bronca pero ya después del partido me dice que lo hace para que haga partidos como el de hoy y yo muy contento de que si tiene que estar encima mía pues que lo esté".
Te creo, Mollejo, no solo por esas muestras de cariño que te da el míster al acabar el encuentro sino por ese abrazo que te dio detrás de la zona mixta después de que, una vez más, atendieses a los medios con sinceridad y aplomo. Y, sobre todo, con coherencia. Tus palabras se convierten en hechos y, ojalá que sigan siendo alegrías para el deportivismo. La más reciente, ese pase a Bóveda para que rematase a puerta y marcase el gol de la victoria frente a la UD Las Palmas. Que siga muy presente ese 'exceso' de energía que siendo tan positiva como la tuya, nunca está de más. Por eso, todos te queremos.