Silent Hill 2 Remake, el gran perjudicado en un mundo en el que las hamburguesas llevan jarabe para niños

Hoy he decidido venir a soltar factos: ya está bien con las hamburguesas repletas de cosas, por favor. No hacía ninguna falta una con salsa de jarabe para niños ni otra con galleta Lotus. Ahí tenéis uno. ¿Queréis otro facto? Es una auténtica barbaridad que Silent Hill 2 Remake no esté nominado al GOTY (Game of the Year) en The Game Awards 2024. Y sí, tiene por ahí otras nominaciones, como la mejor interpretación, la mejor narrativa, la mejor banda sonora, el mejor diseño de audio y el mejor juego de acción/aventura, esa categoría inventada como cajón de sastre para meter prácticamente cualquier cosa. Sin embargo, es una altísima injusticia que no opte a ser el mejor juego del año cuando es TOP 3 sin ninguna duda.

Vamos a quitarnos los tópicos desde ya para no tener que echar mano de ellos más tarde: los TGA son un concurso de popularidad (chupito), es una gala para ganar dinero (oh, qué sorpresa) con los patrocinadores (chupito) y las categorías no están bien definidas (chupito otra vez). Hechas las presentaciones, al meollo.

Silent Hill 2 Remake es un sobresaliente con algún mínimo pero. Una obra maestra. Las virtudes del juego desarrollado por Bloober Team ya os las contamos en nuestro análisis, así que no pararemos más. Es un clásico instantáneo que reescribe con los códigos actuales un juego sin dejar de lado el alma y corazón del original. Y no digo esto por casualidad.

Eso sí, aunque no me gusta degradar una obra para ensalzar otra, el límite de seis huecos me obliga a hacerlo. Porque esto premios son como el meme aquel de 'Messi ficha por el Betis': "¿A quién quitas?". Y sí, te miro a ti, Final Fantasy VII: Rebirth.

El dilema de los remakes no es el problema de Silent Hill 2

El tema con Silent Hill 2 Remake (por cierto, gracias a Pol y Javi, os quiero tela) no es la falta de originalidad. De hecho, Final Fantasy VII: Rebirth está nominado a mejor juego (siendo mucho peor) y a nadie parece extrañarle. Esto ocurre porque Square Enix ha desarrollado un juego para TODO EL MUNDO en el mal sentido. Mientras, Silent Hill 2 Remake mantiene esa dualidad entre antiguo y nuevo, lo literal y lo abstracto, lo explícito y la metáfora, lo real y lo onírico. Algo que no es que no sea para todo el mundo (el hecho de ser del género terror ya limita mucho su público objetivo), pero que no todos van a entender de la misma manera.

En este sentido, Final Fantasy VII: Rebirth quiere cumplir con todos, y eso no siempre es posible. A los fans del Final Fantasy VII original les satisface con un montón de fan service que no siempre es de calidad. Incluso ni cuando pretende serlo. Porque incluso cuando amplía la historia, esta coge tintes de anime de temporada, más efectista que efectivo. Del mismo modo, a los nuevos 'gamers' les encasqueta horas de contenido vacío, actividades sobre el mapa y misiones secundarias repetitivas y carentes de imaginación. Horas y horas de juego que, por fortuna, en su mayoría no son obligatorias para finalizar la historia principal.

Ambos juegos tienen problemas similares, como la dilatación de la experiencia original para poder vender un producto actual a precio completo. Sin embargo, a Silent Hill 2 Remake pueden sobrarle dos, tres, cuatro horas a lo sumo. En el caso de Final Fantasy VII: Rebirth, en torno al 40% del contenido principal es de relleno, y estoy convencido de que a esa gente que le ha durado 100 horas, en torno a 60 o 70 de ellas las han pasado realizando actividades repetitivas.

Los problemas del videojuego 'Triple A' en la industria actual

Lo cierto es que la industria del videojuego atraviesa un momento delicado en términos meramente creativos. Si bien la esfera independiente todavía nos deja sorpresas como Balatro, y otros países se suman a invertir grandes cantidades en desarrollos, como Black Myth: Wu Kong, cada vez se toman menos riesgos en el apartado creativo. Mayor dinero en juego es igual a minimizar peligros con la intención de maximizar beneficios, es normal y ya se ha tratado mucho este tema.

Esto ha propiciado que los grandes juegos, aquellos en los que se invierten mayores cantidades económicas, sean clónicos. Algunas compañías aún pagan el peaje por estas decisiones. Pregunten cómo va la cosa por Ubisoft últimamente. En este sentido, Square Enix ha cumplido todos los checks: su juego tiene todos y cada uno de los pecados que cometen los grandes videojuegos actuales. No hacía ninguna falta jugar al Rocket League con el perro. De verdad que no.

¿Es más original Silent Hill 2 Remake que el juego de Square Enix? ¿He acabado planteando un debate sobre qué refrito es peor por estar más refrito? Pues sí. El tema es tanto un debate filosófico como incluso, si lo prefieren, culinario. Y yo soy de los que opinan como Coco Chanel: la elegancia está en la sencillez.

Hablemos de la moda de las hamburguesas. Si tu carne es de mucha calidad, lo último que quieres es meterle una salsa emulsionada de Cheetos, bacon para parar un tren, otro tipo de carne deshilachada ni tampoco un kilo y medio de patatas fritas como acompañante. Si haces eso, quizá se deba a que no confías tanto en la calidad de tu materia prima. Final Fantasy VII: Rebirth es una hamburguesa de 14 pavos bañada en salsa de queso barato y un puñado de ingredientes metidos en un pan que no cierra. Por su parte, Silent Hill 2 Remake es una hamburguesa de carne madurada, poco hecha, en pan de cristal, con una sutil loncha de queso ahumado, un par de pepinillos y, quizá, un leve toque de mostaza para realzar el sabor. Pero ya saben qué es lo que está de moda en este mundo en el que vivimos.