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Tarjeta azul

Santy Menor


Según su definición exacta, la cartulina de color azul es empleada por los árbitros únicamente en el fútbol sala. Significa la expulsión del terreno de juego de un jugador con la posibilidad de que éste sea sustituido por un compañero. Los motivos para que se enseñe esta tarjeta son diversos: acumulación de dos tarjetas amarillas o entradas fuertes, por ejemplo.
Hace una década, militaban en la División de Plata, actual Segunda División, dos equipos asturianos de fútbol sala. Uno tenía su sede en Avilés, el Cafés Oquendo –antes Avilés Hollywood-, y otro en Gijón, El Llano. Hoy, parece que propio fútbol sala, así como también las instituciones y las empresas que lo apoyaban dentro de la región, se han mostrado la cartulina azul a sí mismos, sustituyéndose por un panorama nada halagüeño.
Desde hace un par de temporadas, todos los equipos asturianos de fútbol sala compiten en Tercera División y prácticamente ningún futbolista del Principado percibe compensación económica. Por supuesto, nadie vive de ello en estos momentos, mientras que hace unos años se llegaron a pagar salarios de en torno a 3.000 euros al mes. El último descenso voluntario del Amigos de Soto al no poder hacer frente a las tasas de Segunda B no hizo más que mostrar una realidad tan cruda como verídica.
Pese a que en Asturias sigue habiendo muy buenos jugadores de fútbol sala, apenas existen empresas que apoyen a un deporte eclipsado por gigantes como el fútbol, el baloncesto e incluso el balonmano, éste, evidentemente y también por desgracia, en menor medida. Además, las administraciones públicas han reducido sus aportaciones en forma de subvenciones y los equipos se limitan a sobrevivir en categoría regional capeando el temporal.
Aun así, no deja de sorprender que ninguna ciudad esté siendo capaz de llevar a un equipo a lo más alto de este deporte, o al menos a un nivel profesional. Ya no Avilés, que posee 84.000 habitantes, sino Oviedo o Gijón, que superan los 200.000. Lo han conseguido en fútbol, baloncesto, balonmano e incluso en voleibol, pero el fútbol sala lleva más de un lustro abandonado, lejos de los grandes focos.
Pienso que es hora de cambiar las cosas y de que los amantes de este deporte, del que España es campeona del mundo, no lo olvidemos, puedan disfrutar de su espectáculo favorito en su propia región. Asturias tiene potencial de sobra para contar con uno, dos o incluso tres equipos en la élite y debe luchar por ello. El deporte es un pilar fundamental de la sociedad y en la variedad ha de residir el gusto.
 

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