El entrenador es siempre el responsable de todo lo bueno y lo malo que le sucede a su equipo. Sin embargo, en este mundo de análisis tan furibundos, conviene repartir de vez en cuando culpas, que es diferente. Y hay muchas tras el partido que lamentablemente ha dejado escapar el Sevilla FC frente al Real Valladolid, uno de los equipos más débiles de LaLiga Santander. ¿Cómo puede un equipo jugar tan bien durante media hora y justo después tan mal? Dejando de correr. Decíamos tras la victoria en Getafe que menos mal que el tiro de Jordán en la primera mitad había dado en el larguero y el Sevilla FC tuvo que seguir a tope hasta hallar la victoria en el tramo final. Pues eso. Desgraciadamente, el equipo de Julen Lopetegui encontró el gol a la media hora y tiró del cable lastimosamente.
Cuando un equipo se desenchufa en el 31', tras marcar el 1-0, las razones no hay que encontrarlas en el cansancio físico, sino en el mental. Los jugadores, casi siempre tapados en lo malo por los entrenadores, también deben ser señalados en un caso así. Me niego a pensar en la simpleza y torpeza de que un técnico acule a su equipo voluntariamente y ante uno de los rivales más débiles, jugando en casa, durante una hora. Pero igualmente es responsable Lopetegui de que sus futbolistas levantasen el pie del acelerador de manera tan grosera. Es que saltó a la vista en la jugada del saque inicial del Real Valladolid tras el gol de Ocampos. Increíble. Sin correr no gana ni el Bayern de Múnich. Y cuando lo haces, ya sólo te mete en el encuentro un gol del rival. Ni siquiera un susto como el inicial tras el descanso, sino un gol.
Y este llegó tardísimo, en el 87. Es cierto que el Real Valladolid sólo inquietó a Bono un par de veces, pero el golazo de Raúl penaliza justamente la desidia, con más o menos excusas, de los jugadores del Sevilla FC. Encomendarse a su buen balance defensivo y a un contragolpe que jamás se llega armar con tanto pase atrás es un suicidio aunque enfrente esté, con todos los respetos posibles, el equipo de Pucela. Los cambios, casi siempre acertados en la libreta de Lopetegui, esta vez no sirvieron para nada. Creo que queda claro que hay un defecto incorregible en este equipo: cambia de guion de manera voluntaria en cuanto se pone por delante. Los haters de Lopetegui señalarán sólo a él, confundiendo culpa, que la tendrá unas veces sí y otras no, con responsabilidad, que es perenne.
Supone esto un frenazo en seco al Sevilla FC, empujado ahora hacia Mestalla por la obligación de recuperar estos dos puntos. Precisamente allí, la temporada pasada, dejó ir la victoria tras marear durante una hora al Valencia pero sin chutar a puerta. El empate postrero le sirvió en bandeja una lección que desechó, según vemos. Es cierto que el calendario es duro y que el Sevilla FC no tuvo pretemporada. Eso ya lo hemos repetido convenientemente, pero no siempre deben encontrar los futbolistas una excusa en el amplísimo catálogo que tienen a su disposición. El arreón de los últimos ocho minutos fue incluso lo más sangrante de todo. Una buena pitada marca de afición con muchos tiros daos quizás hubiera evitado todo... pero eso ya es otro tema.
Con 80 años me siento triste ver como esta juventud privilegiada de "PROFESIONALES" desilusionan a tantos miles de aficionados con su comportamiento.