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Antony, el vivo ejemplo de que los buenos no necesitan adaptación

Antony celebra su gol ante el Gent (foto: Cordón Press).
Antony celebra su gol ante el Gent (foto: Cordón Press).
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Siguiendo al Real Betis y al Sevilla FC

El fútbol está lleno de tópicos que no siempre por repetidos están faltos de realidad. Uno de ellos señala que los futbolistas buenos, los de nivel, no necesitan tiempo de adaptación ni aclimatación a sus nuevos destinos. La idea encaja a la perfección con la llegada de Antony al Real Betis, donde su aportación es evidente desde el primer minuto.

En el debate previo podía estar la prioridad o no de un extremo para el Betis en el mercado de invierno, cuando el foco se colocaba en posiciones como la delantera, la portería o el lateral izquierdo. Pocas dudas había sobre el nivel de Antony, futbolista de cualidades contrastadas más allá de que en los últimos tiempos no ofreciera su mejor versión en el Manchester United.

Impacto súbito ha causado en el Betis el extremo que le ha dado un plus a la zona de ataque del conjunto bético. No dudó Pellegrini en su llegada, como tampoco en colocarlo en el campo desde el primer partido. El brasileño, ya desde los primeros instantes del choque de su debut contra el Athletic de Bilbao, presentó sus credenciales en el Benito Villamarín.

Velocidad, regate, uno contra a uno y ese punto de agresividad ofensiva, un concepto que no sólo se utiliza en defensa, es lo que ha aportado Antony. Ya comenzó a sumar precisamente contra el Athletic de Bilbao en la acción previa al gol de Isco. Luego el exquisito giro de tobillo en Balaídos en su primer gol, golazo, como también en la acción del primer tanto en Gante. Jugada 'made in Antony'. Dos dianas, por cierto, que fueron el 0-1, siempre las más difíciles en un partido, si bien es cierto que en Vigo no tuviera el mismo efecto que en Bélgica.

Antony, futbolista del Real Betis (Foto: Kiko Hurtado).

El caso es que Antony ha caído de pie en este Betis. Sus cualidades mezclan de manera muy interesante con el ramillete de jugones, con más talento pero más pausados. Desborde y velocidad y gol. No necesita demasiado el extremo para buscarse acciones que pueden acabar en tantos. Una valiosa virtud la de la capacidad de determinar en un Betis que, en muchas fases del curso ha generado caudal ofensivo, pero que no ha tenido esa puntería necesaria.

También la actitud de Antony,  porque la aptitud era evidente, han sido claves en este arranque. Sus palabras, también su gestualidad en el campo, denotan ese deseo de triunfar y de demostrar que ha vuelto ese futbolista que maravilló hace algunas temporadas y por el que el Manchester United llegó a pagar 100 millones. No por cualquiera se alcanzan esas cifras.

La prudencia señala que no conviene elevar nada a definitivo y que son solo tres partidos los que suma Antony en el Betis. Sin embargo, la puesta en escena ha sido extraordinaria y el futbolista cumple con aquello de que los buenos no necesitan adaptación. Es pronto para saber qué sucederá con el brasileño el año que viene, pero de momento el conjunto verdiblanco disfruta de un extremo determinante. Llegar y pegar.