El partido por la jornada 33 de Liga en el Santiago Bernabéu entre el local Real Madrid y el visitante Athletic Club de Bilbao arrojó la contundencia del marcador y del juego: 3-0 a favor del equipo merengue, los tres goles de Karim Benzema. Europa cuesta, se sabe. Pero más aún si esa carestía aumenta porque flojea la propia actitud.
El Athletic de esta tarde de domingo de cielo plomizo en Madrid estuvo poco reconocible: una defensa floja, un mediocampo casi ausente, un portero desacertado, un ataque de fogonazos. Apenas tuvo en 92 minutos de juego, dos ocasiones a los pies de Iñaki Williams.
No es que el Madrid hubiera tenido muchas más ocasiones que las tres acertadas por Benzema, pero acaso ese fue su mayor acierto: su efectividad. Porque de juego tampoco estuvo sobrado.
Tras un primer tiempo empatado en cero, la segunda parte invitaba a algo más. Pero el convite sólo lo aceptó el Madrid, que puso algo más de juego pero fundamentalmente de actitud que redundó en efectividad. Final del partido.
¿Quién del Athletic quiere ir a Europa: la afición, los jugadores, la directiva, todos? No queda muy claro. Algo que debería depender del propio Athletic (todavía séptimo en la clasificación, con 46 puntos), en particular de su equipo como un todo, termina siendo algo en lo que entra a jugar la probabilidad y hasta el azar.
Porque ahora habremos de empezar a mirar qué hace el Getafe, que hoy ha entrado en puestos de Champions tras ganarle 3-0 al Sevilla, que bajó en la clasificación a puestos de Europa League. O qué hacen el Valencia, el Alavés, el Betis, el Leganés, la Real Sociedad o el Eibar. Porque a cinco jornadas del final de la Liga, matemáticamente todos estos equipos (el Athletic incluido, por supuesto) tienen posibilidades de llegar a jugar en la Europa League la próxima temporada.
Ahora nuestras probabilidades se reducen a cinco. Este miércoles toca la visita al Leganés. Luego toca recibir al Alavés en San Mamés. El Valladolid en Pucela y el Celta en Bilbao, para acabar en Sevilla enfrentando al equipo homónimo. Todos tienen en común con el Athletic que son rivales directos en las aspiraciones europeas.
"No tengo más que ofreceros que sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas", dijo el entonces Primer Ministro británico Winston Churchill ante la Cámara de los Comunes en 1940 cuando su país llevaba ocho meses en la Segunda Guerra Mundial, una contienda que terminaría con las fuerzas aliadas como victoriosas.
Rescato la expresión de Churchill casi como un mantra para el Athletic. Porque en estas cinco jornadas que restan espero de mi equipo eso mismo: sangre como pasión, esfuerzo como actitud, sudor como dedicación y lágrimas como celebración final de haber llegado a la meta europea.
Alejandra Herranz, periodista y blogger
@aleherranz