Tanto estar nominado desde 2011 y no salir elegido, que en 2019 sí se le dio a Juanma López Iturriaga: los votos de los peñistas de la Peña Athletic Club Euskal Etxea Madrid finalmente le eligieron por mayoría y este sábado ha recibido el Premio “Un León en el Foro” que entrega esta Peña athleticzale.
Antes que el ex baloncestista (nacido en Bilbao e internacional en todas las categorías del deporte que lo hizo conocido) fueron premiados con este León Forges, Julián López, Anabel Alonso, Ana Blanco, Carlos Sobera, Antonio Molero y Paul Giblin. En común a todos, el amor por el Athletic, sus colores y su historia.
Como siempre con todos los homenajeados, López Iturriaga tuvo su aurresku, su ramo de rosas rojas y blancas y su ceremonia de entrega del Premio en el salón de actos de Euskal Extea ante una nutrida concurrencia.
En diálogo con el periodista y escritor Raimundo Castro –tras las presentaciones de rigor de Diego Hergueta y José Luis Gómez, de la Junta Directiva de la Peña– López Iturriaga rememoró hechos de su infancia, de su trayectoria deportiva y de su presente profesional.
Lo que puede decirse, una vida polifacética: deportista destacado, conferencista, articulista, colaborador en distintos medios de comunicación, comentarista deportivo, mentor de su blog Diario de un Palomero, autor de libros (Antes de que se me olvide y Ahora que me acuerdo).
Pero antes, tuvo que vivir en carne propia el ser protagonista en diferido de su “Inocente, inocente”, aquel programa que condujera en televisión en 1993. El presidente de la Peña: José Luis Gómez, le dijo que por todas aquellas personas que habían padecido las inocentadas televisivas, que esta vez le toca a él en directo, a la vez que tarareó el hilo musical de aquella emisión. Claro que era una broma
Al recordar a los anteriores premiados, López Iturriaga señaló, risueño: “Vale, ser el octavo plato no me importa. Que se me premie por ser del Athletic, siendo de Bilbao, es lo más normal”.
Llegó al baloncesto del Real Madrid a sus 11-12 años de edad. Antes jugaba al fútbol, pero Michel Urieta lo cogió de la oreja con una sentencia: “Con ese metro ochenta de altura, tú tienes que jugar baloncesto”. Y sí, se le dio bien: especialista defensivo y también “palomero”, con buen tiro con las dos manos, 90 veces jugador con la selección española, también jugó con la selección vasca de baloncesto y fue subcampeón europeo y olímpico.
Y pese a todos sus logros le llamaban “Palomero”. Porque, aunque defendía, ya iba adelantándose a la jugada y, cuando su equipo se aseguraba la posición del balón, López Iturriaga corría como un poseso hasta el área rival donde esperaba la redonda para encestar. Así se coronó “Palomero” del baloncesto español.
Aunque ya lleva muchos años radicado en Madrid, también guarda en una parte de su corazón a su ciudad de Bilbao y sus calles. Encantado de haber nacido donde nació y de ser del club del que es hincha futbolístico, siempre lleva en su memoria las dos Ligas seguidas, un 5-0 al Real Madrid a sus 11-12 años en su Bilbao natal, su visita a Manchester para ver aquel Athletic de Marcelo Bielsa.
Antes de irse, un recado indirecto a las nuevas autoridades del Athletic: “Nunca me han invitado al palco del Athletic”, comentó. “Llegó antes este Premio y ya me da igual que no me inviten porque estoy encantado con esta distinción”. Pero como es un optimista persistente, no pierde su particular esperanza de ser invitado al palco de San Mamés a ver a su Athletic. Porque de todo se cambia en esta vida: menos de equipo de fútbol.
Alejandra Herranz, periodista y blogger
@aleherranz