Hoy resulta habitual ver desfibriladores en las empresas, en las estaciones de metro, en los distintos centros de salud. Son imprescindibles para salvar vidas en aquellas personas que sufren una parada cardiorrespiratoria súbita, pues son aparatos que emiten un impulso de corriente continuado al corazón para posibilitar que éste vuelva a latir a un ritmo normal y pueda bombear sangre.
Los seres humanos somos proclives a hacer bromas con el uso de los desfibriladores aplicados al fútbol. Porque hay partidos y acontecimientos futboleros a los que la afición denomina “de infarto”. El encuentro entre el Tenerife y el Athletic Club en los octavos de final de la Copa del Rey fue una disputa de estas características.
Finalizado en un empate en 3 y ganado por el Athletic en la definición por penales, fue un encuentro donde los desfibriladores aplicados a la afición futbolera hubieran hecho falta como un símbolo de las tensiones de fútbol.
Para comenzar, el nuevo formato de Copa del Rey a partido único.
En este partido en concreto, las tensiones comenzaron cuando no habíamos llegado ni al minuto de juego y Iago Herrerín, en una salida de lo más desafortunada, fue correctamente expulsado. El Athletic se disponía a encarar el partido con 10 jugadores; el sacrificio correspondió al central Unai Núñez, quien debió salir para que ingresara el portero Jokin Ezkieta.
Antes había sido la emocionante recepción para Iñaki Williams (autor de dos de los tres goles del Athletic) por el episodio de discriminación que padeció en el estadio del RCD Espanyol en Cornellà en un partido por la vigésimoprimera jornada de LaLiga Santander.
Luego fueron los goles alternados; que ganaba el Tenerife, que empataba el Athletic, que el Tenerife pasaba nuevamente al frente en el marcador, que el Athletic volvía a empatar, que el Tenerife parecía llevarse el gato al agua hasta que el Athletic, una vez más, volvió a ser resiliente y a igualar el marcador 3-3.
¡Y los penaltis! Que los nuestros estaban físicamente agotados tras 118 minutos de intenso juego, aunque mantenían su corazón de leones y lo demostraron en la tanda de los 12 pasos.
En 2019, cuando el presidente del Athletic Aitor Elizegi visitó la Peña Athletic Club de Euskal Etxea Madrid, coincidió con el presidente de la Peña, José Luis Gómez Munain. José Luis es afecto a las bromas y preguntó -que también propuso- a Elizegi si el club estaba dispuesto a ayudar a cada peña con la donación de un desfibrilador. Que con los finales con el corazón en la boca, íbamos a necesitarlo.
Tras el partido Tenerife-Athletic por la Copa del Rey 2020, José Luis está seriamente pensando en retomar el tema. Que no sabemos cómo llegarán nuestros corazones a cuartos y cómo habrán de continuar.
Alejandra Herranz, periodista y blogger
@aleherranz