Cuando un equipo no puede jugar un fútbol de excelencia por distintas limitaciones (presupuestarias, técnicas, de jugadores franquicia capaces de marcar la diferencia y ponerse el equipo al hombro), debe apostar por conocer a fondo su matriz DAFO, esto es: sus propias fortalezas y debilidades, más las amenazas y oportunidades que hay en el mercado.
Este Athletic Club no despliega un fútbol de excelencia por una serie de limitaciones. Así lo acepto como parte de su afición. No obstante estas restricciones, hay cosas que sí le pido a mi equipo: inteligencia, decisión, determinación, disposición para correr riesgos; y las espero, siempre.
En la vigesimosegunda jornada de LaLiga Santander el Athletic recibía en San Mamés al Getafe CF; el octavo contra el cuarto clasificado antes del encuentro: el noveno y el tercero al cabo de los 90 minutos en que el equipo madrileño venció por 0-2.
Se impuso en todas las líneas de juego, con una presión constante e intensa ya desde la defensa del Athletic. Sin brillar en excelencia en su juego, pero destacándose en eficacia en la administración de sus propios recursos y posibilidades. Porque el Getafe conoce bien su DAFO.
Al cabo del segundo gol (un penalti casi en diferido, gracias al VAR), el Getafe se replegó y esperó. Garitano metió 3 cambios juntos (Aduriz, Ibai y Capa), a los que no les alcanzó 20 minutos para revertir la tarde casi aciaga del equipo ni el marcador.
Williams había estrellado un disparo en la base del larguero cuando el marcador era de 0-1. Cuando iba ya 0-2 le anularon (bien anulado) otro gol. Los esfuerzos individuales -a falta de la contundencia del equipo- no alcanzaron para contrarrestar el juego preciso y eficaz de su rival.
Recojo algunos comentarios amigos en el grupo de WhatsApp de la peña Athletic Club de Euskal Etxea Madrid. El primero: “Hoy se ha visto que se estaban reservando para el jueves”, que dice uno. Pues si querían reservarse, que hubieran jugado otros: para eso la plantilla es de 25 jugadores. Porque jugando así nos alejamos de los puestos europeos. ¿O acaso será que este Athletic no tiene plan B ante contingencias como la sucedida ante el Getafe?
El segundo comentario, con el que más coincido: “Está visto que no sabemos jugar contra equipos correosos que nos presionan sin parar. Para eso está un entrenador. Hay que saber preparar los partidos y tener en claro contra quién se juega”, dice otro. “Estoy seguro de que contra el Barça jugaremos mejor porque es un equipo que te deja jugar y que deja espacios”.
Porque el jueves próximo, por los cuartos de la Copa del Rey, recibimos al FC Barcelona en casa. Ojalá haya entonces revancha de juego para el Athletic.
Cuando un equipo no puede jugar un fútbol de excelencia por distintas limitaciones, no sólo es conveniente que conozca su propia matriz DAFO. También es imprescindible que la plantilla conozca sus limitaciones para hacer de estas carencias el reconocimiento de sus virtudes, aunque el juego conjunto no resulte muy vistoso, pero sí eficaz.
Desde mi punto de vista, es ésta la lección que nos dejó el Getafe en su visita. ¿La aprovecharemos?
Alejandra Herranz, periodista y blogger
@aleherranz