Solamente puedo decir...
Yo no soy de esos que va diciendo por ahí que desde Bilbao se vende siempre el mismo cuento de que el derbi es un partido más para no dar mayor importancia a la derrota que más les escuece de toda la temporada, aunque lo piense. Hay que ser…profesional, muy profesional. Sin embargo, hay quien no sabe estar callado o simplemente no puede aguantarse las ganas de ganarse de su afición ese gallifante que en el campo no está siendo capaz de merecer. A todos ellos, gracias. Agradecido y emocionado, solamente puedo decir, gracias por venir.
Esta vez, más temprano que nunca, el soniquete de siempre salió a la palestra. Por darle un pequeño plus de novedad y regeneración, se sumó a la fiesta Eolo, el dios del viento. No sabía muy bien por donde le daba el aire en rueda de prensa así como tampoco en el terreno de juego unos días después, cuando su equipo ganó el sorteo, eligió campo y...se lió. Agradecido y emocionado, solamente puedo decir, gracias por venir.
De las muchas cosas que aprendí en la escuela de ingeniería agrícola donde estudié la carrera, la semana pasada se me vino a la cabeza una de ellas. El soniquete de antes me hizo recordar los diferentes y complejos sistemas digestivos de los animales. Los rumiantes (con cuatro cavidades), los monogástricos (con un estómago simple) etc. Algunas especies que no tienen un sistema digestivo tan sofisticado, tras una primera ingesta de nutrientes le dan a su alimento un segundo pase por el intestino para lo cual se comen sus propias heces y recuperan así algunas sustancias nutritivas, como vitaminas y ciertos minerales. Esas declaraciones prederbi me devolvieron a mis años de universidad. Volví a entender la necesidad de algunos de ingerir sus excrementos para volver a intentar hacer una nueva digestión y aprovechar al máximo todo lo que se pueda. En plena naturaleza o delante de un micrófono, la vida es como es. Agradecido y emocionado, solamente puedo decir, gracias por venir.
Y a vosotros qué deciros también. A los que llenasteis Anoeta, a los que animasteis sin parar. A los que os dejasteis la piel en el campo para conseguir una nueva victoria ante el eterno rival. A los que metisteis dos golazos a base de talento y corazón. Pues deciros que sigáis así, hablando en el campo y en la grada. Somos así de raros, de acomplejados, que preferimos ganar los derbis que calentarlos. También es verdad que si nadie los calentara como lo hacen las victorias como la del sábado no sabrían tan bien. Así que por último, y sin querer pecar de educado ni acomplejado, a todos y cada uno de los calentadores, rumiantes y demás dioses del viento, agradecido y emocionado, solamente puedo decir, gracias por venir.