Recuerdo que cuando salieron las vacunas del Covid había tres o cuatro tipos distintos con nombres diferentes, y a mí, que soy un chavalín de casi cuarenta y tres tacos me tocó, como no podía ser de otra manera, la Moderna. Yo creo que tuvieron algo que ver mis gorras y tatuajes, aunque eso sí, no me libraron de que tras la primera dosis me pegara día y medio con fiebre y hecho papilla en la cama.
Ese leñazo que me pegó la primera dosis me vino muy bien para cuando un día de nochebuena por la mañana me hice el típico test para descartar posibles contagios en la cena familiar, di positivo y sin embargo los días que estuve con el virus apenas sufrí ningún síntoma y lo pasé como si nada.
Me viene bien este recuerdo para compararlo con la trayectoria de la Real es estás últimas dos décadas. Los que vivimos y sufrimos los años coqueteando con el descenso y el definitivo viaje al infierno sabemos que es verdad eso de que “lo que no te mata te hace más fuerte”. Todo ello sumado al no ascenso en Mendizorroza, nos convirtió prácticamente en seres inmortales.
Pues bien, por suerte para ellos hay una generación (o casi dos ya) que no conocen nada de ese paso por el inferno, y aunque evidentemente no tienen culpa ni responsabilidad de ello, les falta esa dosis de vacuna para lo que pueda venir. No es que sea el carácter guipuzcoano el que aflora en mí para poner la venda antes que la herida, pero sí que siento la necesidad de dar este aviso a navegantes. No somos ni seremos el Liverpool, ni el Manchester United, ni el Real Madrid, ni el Atlético… ni quiero. Pero no lo somos y por mucho que logramos batir nuestros propios récords seguiremos detrás de ese grupo de gigantes a los que tanto nos gusta ganar y poner contra las cuerdas de vez en cuando. No hablo de que vayamos a estrellarnos, hablo de que repetir los últimos cinco años es muy muy difícil, nada más. Si no se puede, cero dramas.
Seguiremos vendiendo grandes jugadores que nos habrán dado un gran rendimiento y que se habrán revalorado muchísimo y con los que habremos hecho un buen negocio. O incluso se irán también, porque los habrá, jugadores de casa a coste cero por los que también sacaremos buenos réditos. Que no se nos olvide lo que somos, cómo somos, de dónde venimos y cómo queremos seguir caminando. Antes hablaba de generaciones que sólo han visto una Real ganadora, pero también me quiero acordar de los que, a pesar de haber vivido en las malas, olvidan rápidamente y a la mínima mezclan churras con merinas.
Yo estoy vacunado y convendría que todos recordemos muchas cosas. El que no se haya puesto nunca la vacuna lo tiene fácil porque siguen estando disponibles y los que necesiten una tercera, cuarta o quinta dosis, les animaría a que se la pongan también, que a esta ronda invito yo. Seguramente haya tres o cuatro tipos, pero en los tiempos que corren y para entender el fútbol actual y nuestra Real de siempre, pero en el 2024, le recomendaría que se inyecten un buen chute de Moderna y el que vaya, que me la apunte a mi cuenta.