El juego del Athletic Club desde que Gaizka Garitano está en el banquillo no es precisamente como para tener contentos a los aficionados, que sufridos como somos por las condiciones especiales de nuestro equipo hemos llegado a aceptar como mal menor con tal de sacar los resultados. Pero ¿qué pasará si estos empiezan a decaer?, ¿Tiene Gaizka prevista esta contingencia?
Recientemente se ha celebrado un triangular entre Deportivo Alavés, Barakaldo y Athletic. Estupendo si la recaudación ayuda al Barakaldo CF en su presupuesto. Desde el punto de vista económico se trata de una buena iniciativa, pero desde el punto de vista deportivo no tengo tan claro para qué sirven algunos amistosos.
Rodar jugadores que suelen ser suplentes y mantenerlos en competición, ver nuevos jugadores y probar nuevos sistemas son para mí los tres grandes objetivos de un partido amistoso.
Sólo el primero se cumplió. Es verdad que jugadores sin minutos tuvieron su oportunidad en este triangular que por supuesto una vez mas no aprovecharon como es el caso de Vesga, Ganea, Villalibre o Lekue, pero ¿no sería el momento de incorporar a jóvenes del Bilbao Athletic o el Basconia para que vayan entrando en la dinámica de la LaLiga Santander además de como premio a su trabajo en las categorías inferiores?
Oihan Sancet estaba con la sub 21 en partidos contra Alemania y Montenegro, o Nico Serrano con la sub 17, pero si no tenemos a algún otro jugador en categorías inferiores que apunte maneras probablemente tengamos un problema serio a corto plazo en el Athletic para sustituir a jugadores que como Aduriz, Mikel San José o Beñat, quienes ya empiezan a notar los años o las ganas.
Ya comentaba en artículos anteriores en ElDesmarque Bizkaia que el Athletic dispone en estos momentos de una plantilla que nos permitiría jugar con otro esquema. Tres centrales de garantías más otro, Vivian que puede saltar en cualquier momento, dos o tres carrileros rápidos como Yuri, Capa y De marcos con un Lekue esperando su oportunidad.
Un jugador como Iker Munian, que está claro que rinde muchísimo más jugando por el centro junto con Raúl García formando dos medias puntas, un nueve como Iñaki Williams con más espacios en banda al jugar sin extremos, y dos medio centros, Unai Lopez y Dani García. Todo eso con Sancet, Gaizka Larrazabal o Córdoba esperando cualquier bajón en el rendimiento de los titulares.
En definitiva, tenemos equipo para jugar con tres centrales, pero a pesar de que en alguna ocasión Gaizka Garitano ha hecho algún comentario sobre la posibilidad de probarlo nunca se ha atrevido a hacerlo.
Para eso están los amistosos. Un cambio en la táctica hay que probarlo, mecanizarlo. El 5-3-2-1 no es un sistema fácil pero si se hace bien es difícil de superar
No parece que Gaizka Garitano tenga intención de cambiar de esquema sobre todo cuando los resultados en cuanto a puntos han sido relativamente buenos desde que ocupa la responsabilidad del banquillo del Athletic. La pregunta es si los resultados no acompañan seguiremos con el mismo esquema o será entonces cuando comiencen las pruebas. Mientras, hemos dejado pasar oportunidades como este triangular a mitad de temporada para ensayar cosas nuevas o planes B.
Plantear los partidos con la idea de mantener la portería a cero como el principal objetivo no está mal en sí mismo, pero desvía a sus jugadores del objetivo central que debe ser ganar. Solo en casos de clara y evidente superioridad del contrario tiene su razón de ser. Si el objetivo es ganar, tu actitud hacia el juego es diferente a la de no perder o no encajar. Como ocurre en muchos partidos cuando vas ganando y a falta de diez minutos decides controlar las subidas al ataque o el riesgo de perder la pelota y dejar a la defensa desprotegida. La mente tiende a asegurar los pases, a no arriesgar, a no subir si no lo ves claro, en definitiva predispone al jugador negativamente y le resta confianza.
El problema es que cuando el contrario te hace gol el cambio de mentalidad debe ser tan grande que a veces no se produce. Cuando un equipo preparado para defender se encuentra por detrás en el marcador parte de su “castillo” de naipes y de su fortaleza han quedado resquebrajados y cuesta mucho cambiar la dinámica. Realizar cambios de jugadores suele ser la salida más obvia. Basamos la reacción en la confianza o suerte de que los que entren estén más acertados, sin embargo esto supone una presión extra para el que entra que además no se siente arropado por un cambio de sistema que le permita creer en la reacción.
Los jugadores son los primeros que se dan cuenta cuando las cosas no van bien pero es la dirección técnica la que puede ayudar a cambiar esa situación. A veces es suficiente con cambiar a algún jugador, otras por un cambio de posiciones o de ciertas actitudes o mecánicas de algún jugador en concreto. Pero cuando esto no es suficiente hay que tomar medidas mas profundas como un cambio de sistema.
En resumen, un equipo debería tener trabajado más de un sistema de juego porque si el propuesto falla, es difícil que el equipo crea en otro si no lo ha ensayado antes. Para eso están los amistosos y la pretemporada.
Esperemos nos necesitar un Plan B a lo largo de la temporada 2019/20.