En el siglo de los avances tecnológicos Ipurúa es un recuerdo de radio. Por encima de imágenes o fotos, que las hay, el campo del Eibar irá ligado siempre a la historia del Sporting gracias a un relato estremecedor de Manfredo Álvarez. Muchos asturianos, por no decir la gran mayoría, desconocen los edificios próximos al estadio armero, jamás han subido las cuestas de esa ciudad ni han posado ante la pintada de la peña Eskozia La Brava. Pero es muy difícil ser sportinguista y no haber escuchado ese "que orgullo los futbolistas" en la voz del actual director de comunicación del club. Un recuerdo sonoro que tapa cualquier otro visual. Sencillamente maravilloso. A día de hoy eso pasa con pocos momentos, pero sigue ocurriendo. Aquella narración es nuestro particular Brasil 50 con Matías Prats en Río, y como la magia de la radio no ha desaparecido, espero que Carlos Llamas, Andrés Maese o David González sean la voz de un nuevo ascenso del Sporting antes de que arranque el Mundial 2014.
Porque el Sporting de Sandoval, el único Sporting, va a subir directo. O al menos esa es mi opinión. El golpe de Eibar es muy duro, pero hay margen de reacción. Creo que a Stefan le ha llegado una mala racha cuando menos duelen las heridas y veo a una ciudad enganchada con su equipo. Es cierto que algunos se bajan y se suben del 'Barco del Huracán' cada semana, pero en este transatlántico hay sitio para todos. Sitio para los que quieren jugar con dos puntas, los que prefieren a Carmona de 10, los que sueñan con ver a Lora, Cases, Barrera y Sergio juntos todos los partidos y hasta los que rajan injustamente de Luis Hernández. Sandoval se ha partido la cara por este club y lo va a seguir haciendo. Sus gestos en el banquillo tras la derrota ante los de Garitano eran de rabia y no de resignación, justo lo que necesitaba el vestuario. Las temporadas son largas y los baches aparecen porque el rival también se juega mucho, pero veo al Sporting más equipo que el Recre, y espero que Eibar y Depor se hagan daño entre ellos en esa pelea por ganar el sprint final.
La imagen del último pinchazo pasa a la papelera de reciclaje junto al duelo en Vitoria o el empate con el Jaén en casa. Y eso que no deberíamos olvidar el buen partido del líder. Me encantó el Eibar, al que espero con los brazos abiertos en Valdebebas dentro de un mes y medio. Fútbol alegre, de toque, con jugadores talentosos que lejos del tópico no rifan una pelota. Un Eibar que jugó durante media hora como queremos que juegue nuestro Sporting, aunque fuera con un jugador más.