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Redacción local


Han sido muchos los partidos en los que Alberto García ha estado sufriendo desde el banquillo, su intensidad es tal que el guardameta estuvo sancionado tras haber sido expulsado en un encuentro en El Molinón cuando protestaba una acción. El guardameta ha guardado silencio, además de por respeto a Cuéllar porque su manera de ver el fútbol es diferente a la de muchos jugadores.
El portero llegó a Gijón este verano procedente del Córdoba donde era amo y señor de la portería del conjunto andaluz, su aventura comenzó el día que le dijo que sí al Sporting y a Sandoval. En un primer momento se esperaba que Cuéllar terminara firmando su salida del club para poner rumbo a Pamplona. En principio el jugador llegaba a Mareo para ser titular pero el fútbol puede ser caprichoso y esta temporada le ha tocado estar a la sombra de Pichu con el que se lleva a la perfección.
Desde el primer partido ha animado como el que más, ha aconsejado a sus compañeros, ha tenido conversaciones con Cuéllar y sobre todo ha trabajado a destajo con la mente puesta en un día, y ese día es el próximo domingo. Alberto no llenará portadas de periódicos con declaraciones polémicas pero su trabajo es incuestionable. El guardameta se ejercita en solitario los días de descanso para no perder el tono físico y demostrar que está preparado.
Solo ha podido disputar un encuentro y ese fue en Copa del Rey frente al Huelva donde el Sporting quedó eliminado. Ahora Alberto debutará en Gijón, en El Molinón, ante su afición y en un encuentro en el que se necesita la victoria. Solo queda demostrar en liga lo que lleva demostrando desde que llegó a Mareo en los entrenamientos.

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