Superada la amenaza de la huelga (de esto nadie se libra) que hasta la madrugada del miércoles, a sólo 48 horas del inicio teórico del campeonato, planeaba sobre la MLS, la vigésima edición del campeonato de fútbol de USA arranca ya con más brillo que nunca y con el resto del balompié mundial mirándoles de reojo a la espera de confirmar si, esta vez sí, el deporte rey cuaja definitivamente en el principal país del planeta. Hasta el momento, los pasos que han ido dando, seguros y ordenados, les han llevado a tener un campeonato atractivo, al que el público se ha ido enganchando hasta elevarlo a una media de asistencia que lo coloca entre los de mayor afluencia mundial. Ésa será la base de su éxito.
Por ejemplo, para el partido inaugural de la franquicia de Orlando, que le medirá al New York City, ya hace días que se colocó el cartel de ‘Sold Out’, 60.000 asientos vendidos para ver el duelo entre Kaka y David Villa. Más datos significativos: durante el pasado Mundial de Brasil, las retransmisiones de fútbol ya superaron en audiencia a las Series Mundiales de béisbol y a la mismísima final de la NBA. Más de 25 millones de norteamericanos siguieron el duelo entre su selección y la de Portugal, batiendo a dos de los deportes con más arraigo en el país. Sin duda, son datos que demuestran que la demanda de fútbol es real y que cada año va a más. Con un nuevo contrato televisivo firmado recientemente y nuevas franquicias llamando a las puertas de la MLS para incorporase en los próximos años, todo apunta a que el futuro, y ya el presente, del soccer es más que esperanzador.
Ese techo salarial es el que, posiblemente, se vaya elevando en los próximos años para que el nivel de la liga aumente, pero hasta la fecha ha servido para que la competición mantenga una igualdad atractiva, se potencie la presencia de jugadores nacionales (lo que beneficia a la selección) y se de paso a muchos jóvenes que pasan de la universidad o ligas menores a la MLS. Esta prudencia en el gasto ha servido también para evitar desmanes o episodios habituales en el fútbol europeo de impagos, clubes en quiebra… la filosofía norteamericana se compartirá o no, pero es fiable y garantista, asegurando los pagos y cumpliendo los compromisos adquiridos. Así, los equipos hacen juegos malabares en la confección de sus plantillas y, para poder tener varios jugadores con un salario mayor, pueden renunciar a tener designated players, tener solo uno…
Además de los nombres mencionados, han llegado otros futbolistas de nivel que van a potenciar la competición, casos del norteamericano Jozy Altidore (ex del Villarreal) que no cuajaba en el Sunderland pese a su costoso fichaje, su compatriota Sacha Kljestan ex del Anderlecht, Cheyrou que ha dejado el Olympique de Marsella, Agudelo (Stoke City) o Espinoza (Wigan). A mitad de temporada americana, coincidiendo con el final de las competiciones europeas se espera un nuevo desembarco de estrellas, las ya anunciadas Gerrard y Lampard que agotan su etapa en la Premier, y otras que están tocando ya a las puertas de la MLS para unirse a esta atractiva competición. Eso sí, no todos van a caber mientras el límite salarial siga controlado.
Otras características de la competición, que este año cuenta con 20 equipos repartidos en dos conferencias, es la ausencia de descensos a semejanza del resto del deporte de élite norteamericano, la búsqueda constante del espectáculo y el atractivo para el espectador con vistosas retransmisiones, información abundante, grandes y cómodos estadios y playoff al final del torneo para dirimir al campeón que, actualmente es Los Ángeles Galaxy, que con cinco es el que más títulos tiene. Eso sí, en las 19 ediciones anteriores la MLS ha tenido hasta nueve campeones diferentes, consiguiendo el objetivo de igualdad, emoción y atractivo para los aficionados que no saben de antemano que va a haber uno o dos clubes claramente dominadores. Es decir, ausencia de la aburrida ‘liga escocesa’ que tanto se ha padecido en España.
Con todo, la emoción y el brillo va a estar en la MLS, de donde se han ido figuras como Henry, pero cuyo relevo lo han tomado otros jugadores de primer nivel mundial que han apostado por lo mucho y bien que por el fútbol, su soccer, está haciendo Estados Unidos.
Miguel Ángel Vara