Catástrofe a las puertas. El aumento global de las temperaturas, algo tristemente innegable a estas alturas, va a provocar que 50 millones de personas se vean obligadas a emigrar este mismo año para huir de zonas devastadas donde el agua y los recursos naturales se han acabado. La cuestión es para analizarla con frialdad porque es extraordinariamente grave.
Desde occidente se tiende a entender estas cuestiones casi como si se tratase de un documental, pero lo cierto es que la tragedia es a escala humana. El número de desplazados por causas medioambientales supera ya a los desplazados por guerras...
El aumento de las temperaturas intensifica los extremos, es decir, las sequía, lluvias torrenciales o la subida del mar. Como suele suceder, los pobres son los que más sufren estas cuestiones: en África se hacinan la mayoría de afectados por la degradación medioambiental, aunque del continente negro sólo surge el 14 por ciento de las emisiones de CO2.
Muchas ONGs ya han solicitado que se asuma internacionalmente el término 'desplazado medioambiental', que es por ejemplo lo que se sucede a los pescadores de senegal, que se han quedado sin trabajo por la sobreexplotación de los caladeros del país por parte de las empresas pesqueras europeas.
Es evidente que el cambio climático favorecerá la expansión de enfermedades muy peligrosas, como es el caso de la malaria, que conquistará zonas no afectadas hasta el momento. Así nos luce el pelo...