La triste realidad económica del Real Zaragoza queda reflejada claramente en las dos incorporaciones realizadas en el pasado mercado de invierno: Jesús Alfaro -26 años, sin jugar en el Barcelona B y con escasa experiencia en la categoría- y Bruno Perone - 31 años, trotamundos del fútbol por equipos de medio pelo y sin ningún año resaltable en su trayectoria-. ¿Les van a venir mal al equipo? No ¿Van a resultar influyentes en la dinámica de juego? Tampoco.
No hay más cera de la que arde. Sin embargo, quedan dudas en el aire que resolver para que no se vaya de rositas nadie. Por ejemplo, si es una buena estrategia del Director Deportivo gastarse toda la pasta en verano y no reservarse nada para los mirlos blancos que aparecen en enero. O valorar si lo ofrecido hasta ahora por Borja Iglesias alcanza para hacer una buena segunda vuelta o si se le podía haber buscado salida para aprovechar sus 400.000 euros de ficha y traer otro delantero de mayor fuste.
Pero con eso nos hemos quedado, con Alfaros y Perones. Es decir, nos queda confiar en el crecimiento de la actual plantilla en estos meses hasta que acabe la Liga. Queda pensar en ese proyecto a dos años y en continuar con la apuesta por la continuidad que han elegido los responsables directivos del club. A mí el equipo me genera muchas dudas en todas sus líneas y unos movimientos de mayor calado considero que eran necesarios para no sufrir a final de temporada.