El 19 de abril de 1998 disputaba su último partido en la Serie A un prometedor Patrick Kluivert, que concluyó con 21 años su única temporada en Italia con 10 tantos en 33 encuentros entre liga y Coppa Italia defendiendo los colores del Milan. El pasado domingo, 20 años y cuatro meses más tarde, su hijo Justin volvió a hacer sonar su apellido en Italia vistiendo la camiseta de la Roma.
Tras su marcha del Milan, Patrick se consolidó como un gran delantero en el Barcelona y en la selección holandesa siendo el tercer máximo goleador de la historia de la 'oranje' y el duodécimo en la del club azulgrana. Ahora, bajo los mandos de la selección camerunesa junto a Clarence Seedorf, espera que su hijo no se desvíe de la estela que está siguiendo y que le lleva por el mismo camino que su padre.
Y es que las carreras de Justin y Patrick hasta el momento guardan muchas similitudes. Ambos fueron -en el caso de Justin se considera que lo sigue siendo- lo que hoy se denomina como 'wonderboys' (chicos maravilla) por lo jóvenes que consiguieron llamar la atención. Si el padre necesitó sólo tres meses tras estrenarse con el Ajax para debutar con la selección holandesa absoluta, el hijo lo hizo 14 meses después de su primer partido como profesional. Ambos debutaron con el equipo de Ámsterdam con apenas 17 años y, mientras Patrick dio el salto a la Serie A con 21 años, Justin lo ha hecho con 19.
A pesar de que ambos están -en el caso de Patrick, estuvo- dedicados a labores ofensivas dentro de sus equipos, el exjugador del Barcelona, entre otros clubs, era un delantero centro, un rematador, y de ahí las marcas goleadoras logradas durante su carrera.
Sin embargo, Justin, es un extremo. Uno rapidísimo. Dio buena fe de ello la defensa del Torino durante el estreno del holandés en la Serie A el pasado fin de semana. Sólo estuvo sobre el campo 20 minutos tras sustituir a otro joven talento como es Cengiz Ünder, pero le bastaron para desequilibrar un partido que se le había atragantado a la Roma con una gran galopada partiendo desde la banda izquierda que no pudieron frenar los defensores 'granatas' y un excelente centro ya desde la banda derecha que convirtió en gol Edin Dzeko.
A Justin no le intimidó el contexto, el precio pagado por su fichaje o la situación de partido. A su excelente calidad técnica y endiablada velocidad, le sumó una personalidad de futbolista veterano para darle los tres primeros puntos del curso a la Roma.
El equipo 'giallorosso', que acumula grandes dosis de talento joven en su plantilla, parece el contexto ideal para que el jugador siga creciendo y no se desvíe -o incluso pise- la estela de su padre.
Interesante punto de vista. Más alla de los formularios habituales de los cronistas deportivos