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Nunca es tarde


Al final, el Sporting ha perdido un mes. Traducido en el calendario, ha dejado pasar, como poco, los partidos ante el Murcia y Lugo en El Molinón, y ante el Alcorcón sin ejecutar una decisión tomada pero no asumida en el Consejo de Administración. José Ramón Sandoval estaba sentenciado desde antes de viajar a Sabadell, y desde entonces sólo ha pasado el tiempo. Ahora seguro que alguien sabrá explicar el porqué de un contrato de dos años y toda esa parcela de poder que le entregó el club hace ya 12 meses. Sus bandazos serán el legado de un equipo, agotado y descentrado, que pide un cambio desde hace meses, y con unos jugadores en una evidente situación de dejarse ir.
Cuando surge un problema no hay un único culpable, pero también es sintomático que muchos de los males del equipo rojiblanco tengan como nexo de unión el banquillo. No existe en la actualidad la manera de saber si Abelardo es la solución, pero en las últimas semanas está la prueba de que no actuar no aliviaba el problema. Es más, lo ha agravado. Mientras tenemos ejemplos de técnicos que manejan un vestuario para que se respire buen ambiente, el del Sporting lleva de mala leche desde el año pasado, porque tener al mejor delantero de la categoría enfadado es de nota. Sandoval se va pensando que sus jugadores tienen toda la culpa, que no tienen carácter ni calidad, y que no hacen lo que él quiere ni lo que él dice. El vestuario piensa que se va la persona con la que era imposible subir. Y eso no es de esta jornada, sino de hace dos meses. Así de claro y así de rotundo.
Es fácil pensar que el Sporting llega tarde a esta decisión, y probablemente tenga su parte importante de razón. Pero, con el ascenso directo borrado de las aspiraciones, quedan 5 jornadas para asegura por un Play Off que decidirá en 15 días y cuatro partidos si el Sporting puede volver a jugar en el Camp Nou y en el Bernabéu, entre otros estadios, la temporada que viene. Y para eso queda un mes. Momento para reciclarse y prepararse para dos semanas que definirán el éxito o el fracaso de una temporada, aunque los volantazos de estos meses sean otra mancha en el currículum difícil de olvidar. Los problemas no se solucionan esperando a que se resuelvan solos. El nivel tan mediocre de esta Segunda División permite pensar que, aunque se haya perdido el tiempo, puede que aún no sea tarde. De hecho, nunca es tarde. La factura llegará en junio. O en diciembre.
Pd: Fue despedir a Sandoval y nombrar a Abelardo, y volver a los puestos de Play Off de ascenso. Y eso sin entrenar. 

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