El ajedrez invade el mundo del fútbol.
Estamos ante la campaña más medida y calculada que se recuerda. Por lo menos quién suscribe estas líneas. O esa es la impresión, desde fuera, de las hasta el miércoles 22 dos precandidaturas.
Igual es que se tientan la ropa y les cuesta encontrarla como metáfora.
Tanto la alternativa como el continuismo miden sus pasos con extrema cautela y a la vez que mueven pieza, con el rabillo del ojo, observan, e intentan adivinar en algunos momentos, los movimientos e insinuaciones del otro.
¿Estrategia pura y dura? Quiero creer que sí. Tal y como está el fútbol profesional en estos tiempos necesitamos, en lo más alto de nuestro Athletic, más a un maestro de ajedrez que a un voluntarioso aficionado. Nos va la subsistencia en ello.