Se dice que el ambiente anda revuelto en los entornos del Athletic, o sea que en tascas, oficinas y tajos se habla del equipo con más pasión de la habitual. No tengo datos para contrastar esa impresión. Si se dice, puede que sea cierto… o puede que se diga precisamente para que sea cierto, no sé si me explico, aquello del medio, el mensaje y todas esas cosas; la opinión pública y la opinión publicada, vamos.
Parece que no son pocos los que están encantados de que el Athletic solo haya sumado un punto en los dos primeros partidos. Hay quien se proclama rojiblanco a los cuatro vientos cuando en realidad lo es según el viento que sople en cada momento. Hay quien se toma esto de las elecciones tan a pecho que si no ha ganado el candidato que él ha votado parece que le estés mentando a la madre. Cosas de la naturaleza humana, de las pasiones futbolísticas y de las otras.
El asunto me empieza a recordar aquel aciago 1994, cuando hubo quienes llegaron a emplear contra Irureta un argumento de tanto peso como el hecho de que vistiera de chandall en el banquillo. No es broma, ya he oído, y leído, por ahí, que a Bielsa siempre se le ve con el mismo chandall gris de la equipación del Athletic. El siguiente paso será oir, y leer, que Bielsa es un triste. El argumentario de cierto tipo de gente tampoco es que dé para mucho más, qué le vamos a hacer.
Ahora que a treinta grados de temperatura en la calle hay quien ya habla de turrón, prefiero buscar razones para el optimismo; y he encontrado un buen puñado. El rosario de ocasiones que ha hecho el Athletic, sobre todo ante el Trabzonspor y el Espanyol, el tiempo que los rojiblancos jugaron en la parcela contraria en el partido de Cornellá, la variedad de recursos que han mostrado los rojiblancos para llevar la pelota al corazón del área contraria, el brillo con el que nos deslumbra Muniain jugando en su sitio y liberado de tareas de contención, la rapidez con la que Bielsa decide los cambios y su capacidad para corregir sobre la marcha…
Ya, ya sé que a cambio se puede oponer que mejor que corregir sobre la marcha es acertar de salida, los fallos defensivos (que en el Athletic por desgracia no son patrimonio de ningún entrenador), la misteriosa desaparición de Iraola, el heredado asunto de los laterales, Ekiza, los goles fallados… Nada que no se pueda corregir a corto o medio plazo, o cuya explicación no nos la proporcione el tiempo, juez implacable que da y quita razones.
Es más fácil ganar jugando bien que jugando mal. Y el Athletic está jugando bien en líneas generales. De momento, me quedo con eso.