Últimamente vemos muy a menudo, considerar el “efecto fracaso” una virtud, cuando repetimos asiduamente aquello de “aprender de los errores”. La derrota también vende. El fracaso es la comprobación de algo que no ha salido como esperabas, y por lo tanto prefiero la evaluación del éxito, de la victoria, del triunfo, en el ámbito de la mejora continua.
De fracaso en fracaso se acaba en la mediocridad y eso le está pasando en este inicio de temporada al Athletic Club, con un técnico de la casa y prácticamente la misma plantilla que la temporada anterior. Jugadores importantes como San José, Iturraspe, Laporte, Beñat, Raúl o Aduriz no ofrecen su mejor versión futbolística, cada uno por diferentes motivos y los “nuevos”, Williams, Lekue, Vesga, Núñez y Córdoba no son capaces de asumir el reto de mejorar el nivel exigible esta temporada. Debemos de confiar en los pilares fundamentales; no hay más. El rendimiento individual de cada jugador no puede estar por encima del rendimiento colectivo, por ejemplo Córdoba y Núñez, que nos parecen buenos jugadores pero a los que juzgamos con una docena de partidos disputados en la máxima categoría. El rendimiento deportivo no mejora y generas dudas entre los aficionados (dos victorias por 1-0 en los últimos trece partidos (8 de Liga, 4 de Europa League y 1 de Copa). Cuco Ziganda tiene que confiar en las opciones que mejor resultado le han dado y no modificar las alineaciones reiteradamente.
¡¡¡Aupa Athletic!!!
Félix García Marañón. Socio Compromisario del Athletic y Técnico Deportivo Superior.
@Maramister