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Mikel Bizar

18 de Noviembre de 1999. A la vuelta de una de las misiones de verificación de Derechos Humanos en el Bajo Atrato y cuando ya entraban de regreso al Puerto de Quibdó, Iñigo Egiluz, cooperante de Mundubat, fallece ahogado cuando la lancha de la ONG vasca es embestida por otra mas potente de paramilitares colombianos.

Ante este asesinato, se puso denuncia en la Fiscalía General del Estado de Colombia, se consiguió un juicio contra los asesinos materiales y se emitió la primera condena a un paramilitar. Le condenaron a veinte años, pero no le acusaron como paramilitar ni permitieron continuar con la cadena de mando. “Entonces recurrimos y pusimos otra demanda en el Tribunal Central de Colombia”, recuerda Iñaki Markiegi, Coordinador General de Mundubat en aquella época. “Le volvieron a condenar a otros veinte años más, ya como paramilitar, y se pudo involucrar a su jefe”.
Carlos Castaño, líder de los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia, reconoció, con toda impunidad, que habían sido sus hombres los responsables de la muerte de Iñigo y Jorge Luis. No quería testigos de sus matanzas, robos y pillajes.

Posteriormente, se enfocó la denuncia no solamente en estos asesinatos sino por todos los asesinatos, actos de barbarie, despojo y robo de tierras en el Bajo Atrato, desde 1997 al 2001, aportando las pruebas fehacientes de cada uno de estos atropellos y los testigos de cada uno de los casos.
Al no ser atendida la demanda por el Gobierno de Colombia, fue presentaba a la CIDH, donde, después de 13 años, por fin falló a favor de las víctimas de las violaciones de Derechos Humanos.
13 años pidiendo justicia para IÑIGO, a miles de kilómetros de donde nos lo arrebataron. En la distancia todo es diferente, en un país considerado como otro mundo todo es tan distinto... menos el dolor de las familias y la lucha encarnizada contra viento y marea de sus amigos y amigas, donde lo único importante era nuestro IÑIGO y su memoria.
13 años después (otra vez el dichoso número) el destino me cruza de nuevo con las palabras IÑIGO y JUSTICIA... Esta vez mas cerca de casa, otro Iñigo con toda la vida, fortaleza y juventud por delante, y donde su único error fue cruzarse en el camino de una pelota de goma.
Una pelota que en ningún momento pretendió otra cosa que no fuese disuadir a la multitud que en aquel fatídico y conflictivo callejón se agolpaba, aún no sabemos haciendo qué, parece ser que celebrando un victoria del Athletic, pero el "Ugarteko", desde su posición privilegiada divisó una batalla como la de de las dos torres entre elfos, hobbits y orcos, y cuan Saruman en pleno acto de poder y con vara de avellano en mano, como Moisés, decidió entrar con todo y poner orden costase lo que costase.
Si, la vara de Moises, la que se alzó para liberar Israel, la misma que se usó para juzgar su vida, eran otros tiempos, todo lo que fuese levantar la vara contra Dios se volvía contra uno mismo, quizás no eran tiempos tan diferentes al fin y al cabo, mientras no mordieses la mano que te daba de comer ni la que te indicaba el camino.
 A todo esto, y volviendo al primer mundo, donde las muertes se magnifican o minimizan en RRSS, según cercanía, Ugarteko, estoy cuasi convencido, dormía a pierna suelta mientras aquella famosa grabación permaneciese oculta, ya después creo, estuvo bastante mas preocupado y entretenido denunciando a quienes la sacaron a la luz por daños y perjuicios...Manda huevos que diría el tonto aquel, pobrecillo, este hombre que solo cumplía con la labor encomendada.
En fin, ¿que nos queda? ¿confiar un poco en el Karma o en que la vara de avellano se les parta para siempre en sus propias narices? Una utopía para muchos y una lucha constante para otros tantos.
Otra muerte regalada, otra vida partida, otro padre roto, otra madre muerta en vida, y otro nombre que ya representa otra batalla, pero me temo, que seis años de lucha no son suficientes aún, en un mundo donde el poder se merienda a la razón, donde la justicia es pasto de las hienas, y donde el cochino tiempo tratará de taparlo con la manta del olvido.
Pero también sé que Manu y Fina, Iraia, familiares, y amigos y amigas de IÑIGO CABACAS, cabezones como ellos solos, flanqueados por los y las de IÑIGO EGILUZ, y arropados por toda esa gente de bien, serán inderrotables.
Por mucho agua que echen, sus manos seguirán llenas de sangre y nuestro recuerdo intacto. Amigos, aquello que nunca se olvida no morirá jamás.
JUSTIZIA IÑIGO! JUSTIZIA PITU!
Por Mikel Bizar, músico, socio del Athletic Club, autor del tema 'Zu lagun' del grupo JARE dedicado a Iñigo Cabacas 

@Mikelbizar

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