El calendario va pasando páginas y en el penúltimo capítulo de la campaña al Athletic Club le toca rendir visita al Alavés. En cualquier otra temporada, en la jornada 37 y sin ningún premio en juego, este partido entre dos equipos de la zona media no pasaría de ser un mero trámite. Sin embargo, mal haría el Athletic si se presenta en Vitoria con ese planteamiento.
Afortunadamente para los seguidores rojiblancos, el Athletic ya mostró ante el Betis sus intenciones de no dejarse ir, y de seguir peleando por acabar de forma digna una irregular temporada. Las dos últimas jornadas ante Alavés y Espanyol son dos buenas oportunidades para endulzar la insípida campaña y escalar puestos en la foto final de la clasificación.
Y es que, si este partido no debe ser intrascendente para el Athletic, seguro que tampoco lo va a ser para el Alavés. Al conjunto rojiblanco le espera en Vitoria un estadio que rozará el lleno para vivir el último derbi vasco de la temporada, en un ambiente caliente y animoso, y que arropará a su equipo con intensidad, pero sin la hostilidad vivida en Anoeta.
Tras varios meses con el agua al cuello, entre la afición albiazul están deseosos de vivir este tipo de partidos, sin las apreturas de la clasificación, y sabiendo que, una vez conseguido el objetivo de la permanencia, la victoria en el derbi ante los rojiblancos sería el postre perfecto para despedir la temporada en casa.
Después de un inicio aciago, con dos destituciones de por medio, el Alavés ha encontrado en Abelardo la horma de su zapato, hasta mimetizarse con un estilo de juego en el que la afición y el equipo se han encontrado cómodos.
Reforzados con la llegada de Guidetti en el mercado invernal, Munir se ha visto más libre para poder hacer de las suyas, colándose y aprovechando los espacios que le ha ido abriendo el sueco. Este será el principal quebradero de cabeza de los rojiblancos.
Otro nombre que destacar es el de Ibai Gómez, titular indiscutible y siempre peligroso en las jugadas de estrategia, que ha recuperado su mejor nivel. Con otros hombres como Burgui, Sobrino o Pedraza, el Alavés ha encontrado ese toque de desborde y calidad.
El despliegue ofensivo se sostiene en el centro del campo con Manu García y Tomás Pina, dos jugadores que sin florituras, pero sin estridencias, han sabido saben leer los partidos y sujetar al equipo cuando al ‘Glorioso’ le ha tocado sufrir.
Atrás, pura solvencia. Con Fernando Pacheco convertido en ídolo de la afición local, la buena nueva ha sido la aparición en el lateral diestro Martin Agirregabiria, un jugador de buena presencia física que a sus 22 años recién cumplidos se ha convertido en el rey de la banda diestra. Un complemente perfecto a los habituales Laguardia, Ely y el lesionado Duarte.
No obstante, desde que el Alavés se garantizara la permanencia hace dos semanas en Las Palmas, Abelardo ha ido dando entrada a otros jugadores que no han tenido tanto protagonismo esta temporada, y que bien podrían tener minutos ante el Athletic como Maripán, Diéguez o Alexis.
Además, en el Alavés también quieren limpiar la pobre imagen que dejaron en San Mamés en el partido de ida, quizá en un uno de los partidos más flojos de la era Abelardo. Una decena de victorias en los últimos 14 partidos entre Liga y Copa son el aval que presenta el equipo de Abelardo como local, y del que tiene que tomar buena cuenta el Athletic, tras ver como en ‘Mendi’ han hincado la rodilla Valencia, Sevilla o Celta.
Con todo esto, está más que claro que el Alavés afrontará el partido con la máxima exigencia, algo que también debe hacer el Athletic si quiere parecerse al que no hace mucho tiempo ganó en El Madrigal o sumar un meritorio empate en el Bernabeu.
Por Endika Martínez, periodista