El Athletic no disfruta con el balón
Es curioso, con la llegada de Eduardo Berizzo al banquillo rojiblanco y teniendo en cuenta su descendencia futbolística con Marcelo Bielsa, todos esperábamos un fútbol que enamorara a la grada en el nuevo proyecto del Athletic Club.
Tras una dura temporada en cuanto a juego y resultados, la afición zurigorri suspiraba con anhelo con reverdecer no tan viejos laureles. Sin embargo, hasta la fecha solo unos cuantos minutos de contados partidos han servido para enorgullecerse de la propuesta rojiblanca.
Y si uno analiza en qué encuentros el Athletic se ha mostrado como a todos o casi todos nos gusta, quizá centremos el problema de los demás partidos, otra cosa será la solución.
Y es que las citas en las que el Athletic ha necesitado de mandar en el encuentro, casi todos ellos en San Mamés, los rojiblancos no han disfrutado del balón
El primero de esos duelos con sonrisa en el aficionado fue ante el Real Madrid en San Mamés. Un partido en el que tanto jugadores como público van con una motivación extra. A poco que los leones muestren intensidad tienen ganado el pan y el aplauso y satisfacción de la grada. Si además logras un resultado positivo, capitán general y a soñar.
La propuesta ante el Betis en el Villamarín pensamos que nos marcaría ese punto de inflexión de saber ya a qué quiere jugar el Athletic de Berizzo. Una expulsión condicionó el encuentro y los análisis posteriores de lo que allí ocurrió.
Y el tercer encuentro con sabor para el Athletic llegó en otro escenario condicionado como el del Camp Nou ante el Barcelona de Valverde que prescindió de Leo Messi durante una hora de partido. El Athletic se volvió a mostrar como gusta sobre todo mientras el argentino seguía desde el banquillo el encuentro.
En definitiva el Athletic ha funcionado ante rivales potentes en los que no estaba obligado a llevar la iniciativa a los que con la intensidad y la presión alta ha conseguido hacer daño. Por cierto, ninguno de esos encuentros por hache o por be, se saldaron con victoria.
Y es que las citas en las que el Athletic ha necesitado de mandar en el encuentro, casi todos ellos en San Mamés, los rojiblancos no han disfrutado del balón. Lo tenían en su posesión en la mayoría de encuentros pero de una forma estéril, sin profundidad y sin remate final.
Precisamente en este último aspecto, el del remate, la figura de Iñaki Williams comienza a estar en entredicho por varios sectores de afición y prensa. Unos argumentan que no es delantero centro, mientras que otros aluden a que con 24 años los últimos jugadores que han triunfado en ese puesto, léase Aduriz, Fernando Llorente o Urzáiz, tampoco tenían el nivel que luego mostraron.
Aduriz y Urzáiz necesitaron salir a 'hacer la mili' lejos de Bilbao mientras que Llorente tuvo una servicio militar interno con Caparrós como instructor y la necesidad del equipo como premisa.
Sea como fuere, Williams es lo que tiene el Athletic y como se suele decir con estos bueyes tenemos que arar.
Es evidente también que el perfil de Williams en nada se parece al jugador que históricamente ha ocupado el puesto de delantero centro en el Athletic. Quizá haya que empezar por adecuar el juego a sus características para explotarlas de una vez por todas. Pero ese es otro debate que nos vuelve a llevar al punto de partida.
El juego o mejor dicho antes de nada, a lo que se desea jugar. Porque como me solía decir un 'hombre de fútbol': "hay que mirar dónde nace la ola, no dónde rompe". Antes del remate, viene el centro, y antes la circulación para que ese centro llegue en buenas condiciones y antes la preparación y antes...
Por Gorka Acitores, periodista deportivo de Onda Cero Bilbao.