Mucha era la confianza puesta en Eduardo Berizzo. Se pronosticaba una temporada ilusionante y prometedora con la llegada del técnico argentino. Todo apuntaba a que el Athletic Club iba a ofrecer un juego más convincente que en la anterior campaña y que la Europa League iba a ser el objetivo principal. Pero, por ahora no. El efecto Berizzo no cuaja, el técnico no encuentra la tecla para implantar su estilo de juego e iguala la segunda peor racha de un entrenador del Athletic.
Las jornadas avanzan, los puntos se escapan y los aficionados rojiblancos se empiezan a impacientar. Y no es para menos. Los leones no transmiten sobre el terreno de juego, la defensa no aporta seguridad, cometen errores individuales, no generan peligro en el área, no crean ocasiones de gol...
En definitiva, la mala racha que están atravesando es más que evidente y se refleja en la clasificación, situándose a un solo puesto del descenso. Con una única victoria ante el Leganés en el primer partido liguero, se les pone cuesta arriba el tratar de alcanzar los puestos más altos de la tabla.
Les está costando habituarse el sistema del técnico y el míster sigue sin encontrar su once. La baja forma de algunos jugadores que, en anteriores campañas, habían sido los pesos pesados de la plantilla está repercutiendo al equipo. Además, el `Toto´ sigue aferrándose a un esquema de juego estático que no funciona y pese a haber transcurrido doce jornadas, sigue sin encontrar la mejor versión de sus pupilos.
Parece que Berizzo ha renunciado a lo que prometió nada más aterrizar en Bilbao. Auguraba un estilo de juego totalmente diferente al que está implantando con más posesión de balón y control del juego. Sin embargo, en los últimos encuentros, ha apostado por un centro del campo con San José y Mikel Rico, sentando en el banquillo a jugadores más técnicos como Córdoba, Unai López incluso al propio Iker Muniain.
El juego de toque que vendió al principio de temporada está quedando el olvido y parece que está dejando a un lado sus principios como entrenador, pero, ¿por qué `Toto´? Con tanto bandazo táctico y tanta novedad se ve que no tiene claro lo que quiere y así es difícil que lo comprendan los propios jugadores. Vino ofreciendo una cosa y ha terminado haciendo otra en la que quizá, ni el mismo cree.
Pero no hay que desesperarse, todavía hay esperanza. En el Wanda metropolitano se empezaron a ver pinceladas del estilo Berizzo. Se vio a un equipo más motivado, con ganas, ambición y pelearon hasta el final por llevarse el encuentro.
Sin embargo, el desacierto del técnico con los cambios, algunos errores individuales y la mala defensa en jugadas de estrategia ante un Atlético de Madrid que no perdona, hicieron que se escaparan los tres puntos. Pero más allá del resultado, no hay que olvidar que se vio un Athletic más sólido y por momentos pareció encontrar el rumbo. El equipo mostró superioridad frente a un gran rival y quedó reflejado que hay luz al final de túnel.
Aun así, lo cierto es que el barco rojiblanco sigue a la deriva y los próximos partidos serán decisivos para determinar el futuro del técnico argentino en el club. Los leones están obligados a reaccionar sino quieren estar avocados a luchar por salvarse del descenso. Son conscientes que hay margen de mejora, pero tienen plantilla de sobra para revertir esta mala situación.
Todavía es pronto para sentenciar al `Toto´ y ante peores situaciones se ha salido adelante, solo se necesita confianza y optimismo para creer que se puede salir del pozo. Próximo examen en San Mamés ante el Getafe, un rival que a priori es bastante asequible, aunque de igual manera habrá que poner toda la carne en el asador si se pretende cambiar la mala dinámica de resultados en el que se encuentra inmerso el Athletic Club.
Toca demostrar que lo del Wanda no fue un espejismo ¡A por todas leones!
Por Ainara García, periodista