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Elecciones en el Athletic: txokos contra hashtag

El palacete de Ibaigane se apresta a vivir unas nuevas elecciones del Athletic Club.
Vero Gómez

Duran apenas dos semanas, pero las campañas electorales pueden hacerse eternas. Suelen hacerse, de hecho. A los candidatos y a sus equipos, a los electores, a la institución en sí e incluso al entorno de todos los anteriores. En este caso, al Athletic Club y a los bilbaínos. Y esto no ha hecho más que empezar.

¿Quién ganará? La pregunta del millón tendrá respuesta el próximo 27 de diciembre. Mientras, y estableciendo un paralelismo con la política, los que mandan son los sociólogos. Pero, claro, en las elecciones a la presidencia del Athletic no hay encuestas de intención de voto ni sondeos de opinión entre el electorado. ¿O sí?

Alberto Uribe-Echevarria y Aitor Elizegi, frente a frente por Ibaigane

De momento, ha habido dos pequeñas batallas. La primera, la de las firmas, fue para Alberto Uribe-Echevarría, que presentó el aval de mil socios más. La segunda, la digital, está siendo para Aitor Elizegi. Quizá muchos desprecien este último termómetro, olvidando el impacto que las redes sociales tienen en la sociedad actual, el uso masivo de Twitter entre (sobre todo) los jóvenes como fuente de información o de Instagram como vehículo de expresión de ideas y preferencias.

A los negacionistas de las redes sociales les preguntaría, si tienen WhatsApp, cuántas veces han recibido desde el viernes la foto de Javier Aldazabal –miembro de la candidatura de Uribe-Echevarría- en el palacio de Ibaigane durante la renovación de Óscar De Marcos. Y es que, en forma de imagen viral, ya tenemos aquí, como en toda campaña, el primer episodio de lo que podríamos llamar ‘el fango’. Esas batallas dialécticas en los márgenes de los programas electorales que a veces son fútiles y otras, útiles.

Mario Fernández, Alberto Uribe-Echevarria y Javier Aldazabal, en Ibaigane.

Al hilo de este episodio, alguna pista más de qué esperar de cada candidato. Formas de hacer campaña hay muchas, y ninguna es infalible siempre y en todo lugar. La escogida por Uribe-Echevarría es de perfil bajo. Condicionado quizá por sus años en el poder, desde que se oficializó su candidatura no ha celebrado ningún acto público.

Ha optado por explicar sus ideas para el Athletic a grupos reducidos de socios en txokos y peñas rojiblancas. Y su programa electoral, disponible en internet, solo se distancia de la etapa Josu Urrutia en el ámbito de la animación. Quiere “recuperarla” y para ello propone abrir un foro de debate que daría lugar a un informe de conclusiones y una propuesta que llevaría a la Asamblea.

Por el contrario, Aitor Elizegi ha elegido la exposición constante. Desde que arrancó la campaña, prácticamente a diario ha celebrado actos abiertos a los medios de comunicación y acompañado por distintos miembros de su candidatura, logrando así que su alcance y repercusión sean, al menos en número, mucho mayores que las de su contrincante.

Imagen de la presentación de la candidatura de Aitor Elizegi en sociedad (FOTO: DMQ Bizkaia)

Y en el capítulo de las ideas, también ha sido más concreto. Ha propuesto crear una grada de animación en San Mamés, realizar auditorías de cada mandato, mantener a Gaizka Garitano en el banquillo o limitar los salarios de los jugadores del primer equipo.

Pero, ojo, ser concreto también conlleva riesgos. Por un lado, que el socio que no esté de acuerdo con alguna de las propuestas te niegue el voto. Vamos, que te da fans pero también haters. Por otro, las promesas incumplidas. En caso de ganar, pasas a ser presa de lo que dijiste que harías si ganabas. Pero de momento todo eso queda muy lejos, lejísimos. Faltan once días de campaña. Una eternidad.

Por Vero Gómez Torres, periodista de la Cadena SER Radio Bilbao.

@Vero_TX

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