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Orgullo rojiblanco y memoria

Hoy escribe en ElDesmarque Janire Fragua.
Janire Fragua

Recuerdo perfectamente aquella mañana del 17 de junio de 2007. Me tocó darme una vuelta por las calles del Casco Viejo de Bilbao, micrófono en mano, para pulsar el sentir de una afición que había amanecido con el corazón en un puño. La historia del Athletic Club estaba en juego.

Aquella tarde, 11 guerreros rojiblancos (Aranzubía, Expósito, Sarriegi, Ustaritz, Casas, Iraola, Murillo, Javi Martínez, Yeste, Etxeberria y Urzaiz) saltaron al césped de la Catedral para luchar por la ilusión de miles de familias. El "botxo" seguiría siendo equipo de Primera tras aquel partido. Un partido a vida o muerte en el que también participó Aritz Aduriz. 

Aduriz escenifica con una amplia sonrisa las sensaciones en el entrenamiento matinal (FOTO: EFE)

Es el único jugador de la actual plantilla que sabe lo que es sentirse al borde del precipicio, coqueteando con el descenso tanto, que si te equivocas te quemas.

Tras el Levante-Athletic de este curso, que desembocó en el despido de Berizzo, me impresionó ver a través de los ojos de varios jugadores la impotencia, el derrotismo y la tristeza que se vivía dentro del vestuario. Habían tocado fondo. 

Allí, en el Ciutat de València, pude preguntarle a Aduriz por los paralelismos del bienio negro y la actual situación clasificatoria. Casi 11 años y medio después. El "zorro" fue contundente. "No tienen nada que ver". Y lo decía por el bagaje deportivo del equipo en las últimas temporadas y las expectativas que hay puestas en este grupo. 

San Mamés quiere arropar a los suyos en una delicada situación en liga (Foto: Athletic Club)

Y es que no podemos olvidar que el Athletic viene de haber competido en Europa en 7 ocasiones en la última década. Ahí es nada. Ha jugado 5 finales y ha levantado un título. Con chavales de la casa, con jugadores que han decidido no ponerse cláusula de rescisión al firmar su contrato porque no se quieren ir de este club. Y todo ello, en el contexto del fútbol actual.

Por eso creo que el camino recorrido en esta etapa no puede caer en saco roto. Debe servir para desempolvar el pundonor, para tirar de orgullo, para mirar atrás y acto seguido unos a otros a la cara, y decirse en voz alta que a esta cuadrilla no se le ha olvidado ganar. Reconocía Óscar De Marcos el otro día que con el equipo en puestos de descenso, sienten el peso de la historia sobre sus hombros. Y es así como debe ser. La responsabilidad es máxima, pero eso tiene que sumar, no bloquear o atascar.

Los jugadores del Athletic festejan el gol de Aduriz que tumbaba al Girona (Foto: Edu del Fresno).

Hoy, con la victoria ante el Girona y el empate frente al Alavés recientes en la memoria de todo zurigorri, el cinturón parece que aprieta menos. Los jugadores han cogido aire y la afición levanta la cabeza del suelo. Aunque, ¡ojo! Que nadie se despiste. El camino va a ser largo, advierte el nuevo míster, Gaizka Garitano, porque la dinámica negativa ha hecho mella en la plantilla. Y ante la adversidad, sentimiento rojiblanco y memoria.

Por Janire Fragua, periodista de ETB Kirolak 

@janirefragua

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