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Ese “Venimos de donde venimos”

Escribe en El Desmarque Bizkaia el socio César García.
César García

Una temporada lamentable del Athletic Club de Bilbao, donde se ha escuchado hasta el hartazgo dicha expresión como modo de justificar la falta de competitividad de nuestra primera plantilla en el momento de sentenciar.

El nivel del juego en nuestros partidos como visitante llevaba demasiado tiempo siendo lamentable, pese a que todo se justificaba y perdonaba en base a la imperiosa necesidad de puntos. Estaba claro que no duraría eternamente, que dicho nivel de juego difícilmente llevaría a un éxito que tuvimos muy cerca, competir la próxima temporada en Europa; pero tanta justificación hacía postergable aplicar cada jornada mecanismos correctores en el verde. Se ha preferido el sistema de siempre con los de siempre.

Gaizka Garitano consuela a sus jugadores, que no pueden reprimir las lágrimas tras la derrota (Foto: LaLiga).

Pese a todo, como decía el gran Andrés Montes, “la vida puede ser maravillosa”, tan maravillosa que nos puso en condiciones de aprovechar un calendario más que amable para dar el empujón definitivo.

Fiascos varios después, alineaciones para reflexionar incluidas, pudimos sentenciar todo ante Alavés en casa y Valladolid fuera, en un desplazamiento multitudinario de aficionados zurigorris, y no pasamos de un punto entre ambos encuentros, con imagen lamentable incluida ante un casi descendido al que revivimos, como solemos hacer.

El equipo ya venía de una clara curva descendente tras el partido contra el Atlético. La solidez defensiva pasó al olvido, y empezamos a encajar goles como churros, y a sobrevivir en base a autogoles rivales o a incomparecientes como el Celta. El éxito no llega ya en base al mérito propio.

Yeray Alvarez vuela en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla (Foto: LaLiga).

Y seguimos por entonces escuchando palabras vacías tratando de llevarnos al peor momento para justificar ese permanente conformar, esa falta de ambición, ese ir a por el aprobado pese a que el notable parece a nuestro alcance, esa paradoja del estudiante conformista.

En las jornadas 21, 25, 28 y 30 estamos a 3 puntos del Séptimo.
En las jornadas 35, 36 y 37 estamos séptimos con 3 puntos de ventaja sobre el octavo.

“Venimos de donde venimos”. Efectivamente.

Efectivamente, venimos de todos esos momentos. Aunque cada uno quiera fijar el punto de partida donde más le convenga. Pero venir, venimos de todas y cada una de las 37 jornadas previas a la última.

Es muy fácil y justificativo para el fallo del Sánchez Pizjuán mencionar dónde nos encontrábamos en la jornada 14, una forma como cualquier otra para descargarse de responsabilidad, y dar mérito al comportamiento en las 23 siguientes. Incluso, se pretende obviar en el meritaje el fiasco de la última.

Garitano y Ferreira tensos en el comienzo del partido en Montilivi (Foto: Laliga)

Pero salvo el cuerpo técnico, el resto estaban allí y aquí. En la jornada 14 y en la 37. Y, por supuesto, en la lamentabilísima 38. Nos sacaron de donde nos metieron, que nadie lo olvide.

En otro orden de cosas, sacar informes desde el Club de que un entrenador promedia números para ir a Europa y otro no, de pésimo gusto. “El técnico de Derio supo aupar….”, “el proyecto de Eduardo Berizzo andaba sin brújula…”. Lo dicho, mucho por aprender. Sobre todo, si se quiere en todo momento salvar o dejar a un lado a los jugadores, que estaban entonces y ahora.

¿Serán así de didácticos cuando la mejora no pertenezca a ellos sino a directivas anteriores?

Y para finalizar, si desde la cabeza visible del Club se cae en la autocomplacencia y el aplauso fácil ante un fiasco, con el cadáver aún caliente, en los pasillos del Sanchez Pizjuán,... ¿cuál es el mensaje que llega a quienes acaban de no estar a la altura, a quienes no han comparecido, a quienes han perpetrado tamaño partido?

Joaquin Caparros y Aitor Elizegi charlan durante la II gala de los premiso DEX del Desmarque (FOTO: DMQ Bizkaia).

El liderazgo es otra cosa; el líder debe ser el primero en el ejemplo y en la exigencia, y más cuando “venimos de donde venimos”, de dar un espectáculo lamentable minutos antes.

Las palabras y el mensaje del Presidente minutos después del partido, lamentables y cercanas a la ridiculez por lo vacío y excesivamente retórico de un mensaje que no es el que su afición desea oír en un momento como ese.

¿Tan interiorizado tienen todos ese “Venimos de donde venimos”, ese “Somos lo que somos” como justificación de todo? Pues venimos de jugar Champions hace unas temporadas. De ganar una Supercopa hace unas temporadas. De jugar finales. De acudir con regularidad en Europa. Por la autocomplacencia y la escasa motivación, difícilmente llegaremos al éxito.

P.D: Ejercer la crítica no es ser incapaz de admitir que las elecciones ya han pasado. Lo he aceptado y respetado durante siete años. Por comentarlo...

Por César García. Socio del Athletic Club y contertulio de Radio Popular. 

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