Octavos y fuera de Europa. Muy triste final para un Athletic Club de Bilbao que es verdad que comió las uvas en puestos de descenso y hay que tenerlo muy presente. Temporada irregular para un equipo que comenzó a sumar de tres en tres con Gaizka Garitano. Orden, rigor defensivo y carácter fueron las claves de un conjunto que volvió a competir y enganchar a la grada.
Espantados los fantasmas del descenso, reconozco que en navidades lo veía muy negro, el objetivo Europa comenzó a ser más real que nunca. Gran labor la de Garitano y es entonces cuando el equipo vuelve a desconectarse en momentos decisivos con partidos donde la falta de actitud e incluso la apatía por momentos, fueron palpables.
Recuerdo como el mismo Garitano reconoció que el Valladolid "nos pasó por encima" en intensidad. Algo que no se puede permitir y más aún viendo a lo que juega este equipo. Otro de los partidos que recuerdo es el del Alavés en San Mamés, donde el triunfo hubiera supuesto un paso de gigante para acariciar la séptima plaza y el Athletic no sale con la intensidad y ambición que requería el encuentro. Otra oportunidad desaprovechada.
Lo triste ha sido que a falta de tres partidos para el final los rojiblancos le sacaban seis puntos al Espanyol y al final los pericos se han metido en Europa. Iker Muniain, primer capitán tras la despedida de Markel Susaeta, dijo esto al término del partido en el Sánchez Pizjuán. “Al equipo no se le puede reprochar nada. Hay que reconocerle lo que ha hecho, que ha sido una remontada terrible. Llega a la última jornada con opciones ha sido increíble”.
Pienso que al equipo le ha faltado hambre y ambición en los últimos partidos y el mejor ejemplo de ello lo tenemos en el choque del pasado sábado. Personalmente no sentí que los jugadores salieron al campo a comerse la hierba. El premio era suculento y el empate valía; eso también pudo ser el principal problema.
A los que dicen que muy mal Caparrós que no nos ayudó en nada, ¿qué pensaban que 'Jokin' iba a marcar un gol para los nuestros? El problema únicamente fue del Athletic porque los leones no salieron como su nombre les define ni mucho menos y el “verlas venir” fue protagonista hasta que nos vimos por detrás en el marcador.
La segunda parte un querer y no poder con el larguero escupiendo en el descuento la opción europea a remate de Iñigo Martínez y en esa misma jugada llego la sentencia. Cruel y triste final para el equipo pero esto es la Liga regular y pienso que tras 38 jornadas disputadas el Athletic termina donde se merece.
Una pena que sea muriendo en la orilla europea pero no hemos hecho lo suficiente para poder mirar otros escenarios. Aunque muchos digan que igual mejor no haber entrado y evitar las tres previas, creo que hemos desaprovechado una gran oportunidad de volver a Europa. La exigencia siempre debe de ser máxima y este equipo podía haber alcanzado el objetivo.
Mi calificación a la temporada haciendo un cómputo global es de un cinco raspado, aprobado. A Gaizka Garitano le pongo un notable alto por sus números y la gran labor para recuperar al equipo en un momento más que delicado. Ahora que los jugadores y cuerpo técnico desconecten, carguen pilas para afrontar la temporada que viene, parece que la del plan renove, con las máximas garantías posibles.
Esto no quita para que la exigencia siga siendo máxima y los jugadores tengan muy presente lo ocurrido esta temporada porque de todo se aprende. El “prometemos convertir esta rabia en fuerza para la próxima temporada” que defiende Ibai, espero que se lo apliquen todos los jugadores cada día. Aupa Athletic!!
Por Kevin Doyle. Periodista, tertulia 'Betizurekin' en Radio Marca