La voz de la calle me pregunta a diario a qué se debe la insegura marcha de nuestro equipo, que va camino de terrenos peligrosos.
Tienen miedo ante la visita del Mérida y de que se produzca un resultado final adverso. Me hablan de Salmerón y de su liga triunfal, con su sistema defensivo, que hasta el final creyó en él y los jugadores se entregaron salvo en las jugadas puntuales de la liguilla.
Después llegó Alberto Monteagudo conocido como jugador el año del ascenso de Joaquín Caparrós; aún guardo el Diario que recogía aquellas noticias.
Ahora volvió Alberto como entrenador, con todo el deseo de quedar bien; pero algo falla para que la plantilla no haya correspondido a sus ilusiones. El caso es que la afición, que es lo mejor que tiene el Recreativo, ve más el peligro que se avecina el domingo.
El equipo que salga tendrá que entregarse desde el primer momento, buscando la victoria. Creo en su honradez; tal vez la presión de jugar en el Decano sea la causa de esos momentos en los que el equipo desaparece originando las derrotas. Ahora todos los equipos se conocen más y tratan de ganar con toda el alma, poniéndose el mono de trabajo.
La afición seguirá con vosotros; solo os pide la victoria. ¡Vamos por ella!