Un nabo como la Torre de Preferencia. A lo sumo uno aspira a expresarse, pero la expresión que vaya contra las Sagradas Escrituras se arriesga a ser procesada por el Santo Oficio, en el XVII y en el XXI. El Santo Oficio ahora usa otros nombres y maneras para eliminar a los herejes, mucho más sutiles que las de antes, pero las maneras están ahí y los herejes pagan. Así que dejen ya de mentir con el puto sintagma, falso derecho o lo que sea, que la libertad de expresión lleva un IVA que muy pocos estamos dispuestos a pagar. Es cierto que no todo el humor es noble, de exquisito gusto, respetuoso ni pletórico de principios morales. Pero el humor tampoco va a inventarse ahora. Siempre sirvió para atacar a los de arriba (además de para hacer reír). Y más aún en carnaval, la nueva ciudad de vacaciones de los susceptibles y los neopuritanos. El carnaval no es una religión ni una doctrina ética. Si alguien lo ve así, cambie urgentemente de camello.
Estamos asistiendo a un proceso de intervencionismo indirecto de algunas cabezas políticas y mediáticas en las intenciones de los repertorios. Estoy realmente espantado de leer a más de un cargo (no electo) dejar caer en las redes por dónde tienen que ir los pasodobles y por dónde no tienen que ir los cuplés. Cualquier día a los autores nos van a exigir superar un curso homologado de Buenismo Carnavalesco, donde los heredados valores cristianos puedan traducirse en repertorios que aspiren al Nobel de la Paz. Al final va a resultar que el COAC-PF (Cogérsela con un Papel de Fumar) pretende ser un ejemplo de amor al prójimo, de caridad y de respeto cuando aquí “no se respeta ni que estamo’en Carnaval…”. El carnaval es carnal y descarnado, por definición. Esto no es una Pascua de Cristo Vive. Coño. Por eso mismo es para la chusma, selecta o profunda, pero chusma. Y a mucha honra.
El otro día Yuyu soltó un exitoso tuit en el que se solicitaba Jurídico Gabinete en palco propio para prestarnos asesoramiento en los repertorios de cara a futuras denuncias y quemas de brujas. A mí me sobra. Igual que sufre más el que mira que el que enseña, tiene más maldad quien ve el mal hasta en la cáscara del higo chumbo que quien hace un chiste —fácil o difícil— buscando no más que la risa. Y para presidir la catequesis entran ahora en la escena ética y jurídica también los de SOS RACISMO. ¿SOS TONTOPOLLA?, que diría un arako. Y si se redondea un cuplé a la altura del bajo vientre… uuuuuuuuuyyyyyyyyyyyy, soezzzzzzzzz, machistaaaaaaaaaaaaa, a la horcaaaaaaaaaa… Y si cantas un pasodoble a lo que te da la gana desde la óptica que te da la gana, aparece la oposición en prosa cual ministerio fiscal alternativo para que se quiten las ganas, si es que aún te quedan. ¿Esto es carnaval o patinaje sobre hielo?
Al eterno temor al jurado, a sus preferencias ideológicas, debilidades, devociones y fobias, las cuales convierten a menudo en criterio de evaluación, se suman ahora profetas y portavoces de instituciones y movimientos que están convencidos de que el Carnaval tiene que convertirse en una ramificación más de la Educación Transversal en Valores (sus presuntos valores, los cuales quieren convertir que en Valores de obligado vituperio). Y mira que te digo, que los carnavaleros no podemos educar porque no tenemos educación, porque somos unos gamberros, porque no pretendemos cargos ni altares, porque de la primera sombra de la que nos reímos es de la nuestra propia.
Contaré también que los grupos están acojonados. Que dados los últimos acontecimientos, repasan al límite de la paranoia cada verso, cada sintagma, dándole cientos de vueltas para calibrar las posibilidades de que tal giro o intención moleste en tal o cual convento civil, y pueda degenerar en eliminación del Concurso o incendio en las redes, que no sé qué es más terrible.
Cuando en clase explico el capitalismo, el feminismo, la xenofobia y la tiranía, hay quien no está de acuerdo y expone su visión de los hechos libremente, sin que ello suponga ni un punto menos, jamás, porque una cosa es invitar a valores y otra muy distinta IMPONER VALORES, por la sencilla razón de que —para nadie— un valor impuesto será considerado nunca un valor, sino todo lo contrario.
Tomen nota, queridos responsables de todo esto. Que ahora los indignados somos nosotros. Que hay un miedo al escribir y al cantar del carajo, desconocido hasta la fecha. Si esto sigue así, muchos se conjurarán para que al Concurso le den por culo para siempre. Y sin cuarteta final… O no. O lo mismo nos terminamos riendo de todos estos redentores sociales, que no hay cosa que me ponga más cachondo que tanto snoopydo escandalizado que, además, me da que se ha equivocado de fiesta.
“No se te olvide, mafioso, que el carnaval es del pueblo. Voy a intentarlo a tu manera, a ver si así se lo devuelvo”.
Pd: Este artículo representa el sentir de muchos colegas. No el mío propio. Yo solo dijo “ja, ja, ja”. Y si decido seguir escribiendo lo haré como hasta ahora: como me salga de la polla. ¿Se entiende la metáfora?
JUAN CARLOS ARAGÓN
Señor Aragón, usted es un grande y tiene el sagrado derecho (no por grande, sino por persona humana) a expresarse como quiera. Y del mismo modo las demás personas humanas lo tenemos para decir que algo nos ha parecido una soberana mierda, e incluso a tildarlo de racista o machista si así lo consideramos.
Brillante artículo. Gracias por tu claridad y honestidad, Juan Carlos. Por cierto, hermoso pase el de ayer. Os veo muy fuertes este año.
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Es usted un crack!!
Si un varón blanco desde su lógica de varón y blanco atestigua aquí que los autores en su mayoría tambien varones y blancos empiezan a tener miedo a soltar cualquier burrada porque ofende más que gracia causa, es que hay gente y grupos sociales que estan haciendo las cosas bien. Profesó si uste enseña a pensar, no le diga aquí a la gente que en Carnaval no piense que es la fiesta del mediocre, venga hombre, mediocre ni las gracietas.
Asín é y no hay má!!. Ole tú!!
Alto y claro capitán, y al que no Le guste el carnaval que no lo escuche, pero tu sigue en tu línea que a tu chusma selecta o no nos encanta, chapó
Que sí, la defensa del carnaval a toda costa, pero el carnaval también es un reflejo de la sociedad.. y se ha visto este año a unos verdugos mandar a matar a la mujer adultera... si, toda la libertad de expresión que tú quieras, pero debería ser de verguenza para los gaditanos que se escriban cosas así, no de orgullo porque sea carnaval.. gamberro? eso roza el delito de odio, y disfrazarse de bebés negros, pero llamarlos negritos, que es como los racistas le quitan peso a su racismo... que sí, defiendan el carnaval y eviten la autocritica, que se irá a la puta mierda junto con todos esos autores catetos de la edad media... falta de autocritica, falta de cerebro
Más claro Agua
Amen.
Se puede decir más alto pero no más claro.... Olé!!!
Viva Caí, viva su carnaval, que cada cual diga lo que piense, ¿ O también aquí van a querer tapar la boca? Esto.es Caí, la milenaria, llena de sabiduría, esto es Caí y aquí hay que mamar, ¡¡lo quieras o no !! (Te lo dice una sevillana que muere por Cádiz y su carnaval) Olé Olé y olé y como diría María, quien no diga Olé, que se le seque la yerbabuena.